HONOR

HONOR
«¡Disciplina! Nunca bien definida y comprendida. ¡Disciplina! Que no encierra mérito alguno cuando la condición del mando nos es grata y llevadera. ¡Disciplina! Que reviste su verdadero valor cuando el pensamiento aconseja lo contrario de lo que se nos manda, cuando el corazón pugna por levantarse en íntima rebeldía, o cuando la arbitrariedad o el error van unidos a la acción del mando. Esta es la disciplina que os inculcamos, esta es la disciplina que practicamos, este es el ejemplo que os ofrecemos.»

martes, 29 de enero de 2019

CASA CUARTEL DE LA GUARDIA CIVIL

LAS IMÁGENES DEMUESTRAN A LO QUE HA LLEGADO LA GUARDIA CIVIL, EN MANOS DE MAMELUCOS

Esto se ha posicionado por "ordenes superiores" en la puerta del casoplon "ilegal" del chepas. Y me pregunto ¿a que le tiene miedo ése que se alegraba cuando se apaleaban GUARDIAS CIVILES?

La normativa dice explicitamente que esto tiene que tener una identificación, a saber "UNA BANDERA NACIONAL" y la definición de "PUESTO" o "DESTACAMENTO". Aquí les adelanto la identificación:
Esta situación es un agravio comparativo con el resto de los españoles o una presunta prevaricación de libro. Solo nos falta escuchar que esta situación es "SECRETO DE ESTADO".

¿Que hace la GUARDIA CIVIL, custodiando una construcción ilegal. El MAMELUCO que debe enviar al SEPRONA esta tardando.

domingo, 20 de enero de 2019

MAMELUCOS TENEMOS A MILES

ESCOLAS IMITANDO A LAS "CELEBRES IKASTOLAS". QUIEN QUIERA ENTENDER , QUE ENTIENDA Y QUIEN QUIERA VER, QUE VEA.

Hubo unos años en que los GUARDIAS CIVILES, debían ir un año, destinados "obligatoriamente" a la "región vasca". Y..., ante la cantidad de asesinados por ETA, se crearon unas denominadas "IKASTOLAS", para que durante dos meses, los GUARDIAS CIVILES conocieran la situación e idiosincrasia, que les ayudara en su adaptación a un 20% de una sociedad, que no les quería allí.

Aquellas fueron las ideas de un MAMELUCO que corría por los pasillos politicos de Madrid en búsqueda de fajines, medallas y estrellas, un tal SAENZ DE SANTAMARÍA, que al final se apoderó de todo a cambio de ser el MAMELUCO de turno, proveniente de una 3ª Sección de Estado Mayor en la Guardia Civil, donde anidó, cual cuco, durante años y años.

Y.., ahora nos ha salido un nuevo MAMELUCO, con la repetición de lo mismo, como si la situación fuera la misma o eso es lo que esperan y callan a la sociedad. Una situación creada, como siempre, por la cobardía y el buenismo político de otros tantos impresentables, en su búsqueda del pan diario. De algo tienen que comer, aunque sea costa de la sangre de otro.

Lo siguiente será la obligación de estar al menos un año en la región catalana, el incentivo de peligrosidad, unos cuantos cientos de asesinados y..., "vuelta a empezar".
El GUARDIA CIVIL DON JOSÉ ÁNGEL PARDINES murió hace 50 años, de cuatro tiros en 1968 y fue el primer compañero asesinado por ETA

Para la Guardia Civil, el año 2017 representó un punto de inflexión en la situación que viven los GUARDIAS CIVILES en la región catalana. En torno al referéndum del 1 de octubre, pero ya desde meses antes, sus instalaciones y sus GUARDIAS CIVILES comenzaron a ser objeto de campañas de acoso por parte del independentismo más radical, que directamente pretendía expulsar un cuerpo que considera “fuerza de ocupación”. Y..., el poder del estado se los permitió.

Comenzaron las manifestaciones de protesta ante CASAS CUARTEL, los episodios de lanzamiento de pintura, de huevos e incluso de un pequeño artefacto pirotécnico contra esas instalaciones, junto con pintadas con el lema “¡Que se vayan!”, y casos que afectaban más directamente a la vida personal de los GUARDIAS CIVILES. Y..., se les permitió.

Por ejemplo, las marchas nocturnas de independentistas ante las CASAS CUARTEL, muchas veces repicando cacerolas, provocaron reacciones de miedo y ansiedad en familiares de los GUARDIAS CIVILES. Algunos decidieron enviar sus cónyuges e hijos fuera de la región catalana, para que no sufrieran esta presión ambiental. Como en la región vasca. Y...., se les permitió, la coacción.

También hubo reproches de profesores contra los hijos de algunos GUARDIAS CIVILES, entre otros en un instituto de San Andrés de la Barca tras el 1-O. Un periódico independentista identificó en un grupo scout a los dos hijos del TENIENTE CORONEL que dirigía las investigaciones sobre el 1-O, por lo que dicho MANDO tuvo que sacar a sus hijos de dicha asociación. Y..., se les permitió la coacción.

Son algunos ejemplos, de un número mayor de casos de rechazo social en la región catalana, que a algunos "VETERANOS DE LOS AÑOS DE PLOMO DE ETA" les despiertan recuerdos de la presión ambiental que ejerció el entorno pro-etarra en la región vasca y Navarra contra los miembros de la GUARDIA CIVIL, de la POLICÍA NACIONAL y de las FUERZAS ARMADAS.

El cambio de actitud de una parte de la población de Cataluña hacia la GUARDIA CIVIL, producido sobre todo a partir de 2017, ha provocado que los NUEVOS MAMELUCOS tomen medidas, para preparar a los GUARDIAS CIVILES que comienzan a trabajar allí.

Hay que recordarles a muchos, que esos MAMELUCOS, en la región vasca, vivían escoltados por GUARDIA CIVILES, circulaban en vehículos super-blindados, de aquella época, y muchos de ellos ejercían su mando en la región vasca, desde Burgos, Santander o Logroño. En pocas palabras, solo hay que comprobar el numero de los asesinados por ETA en aquellos años, vestidos de verde y con mas de una estrella en las mangas.

Dicen os rumores, que esos MAMELUCOS, ya en el año 2018 empezaron a impartir unas charlas dirigidas a los GUARDIAS CIVILES que, o bien llegan a región catalana tras ingresar en el cuerpo, o bien son trasladados a este destino desde otro punto de ESPAÑA.

Los MAMELUCOS las denominan “jornadas de ambientación”, y el Gobierno de Pedro Sánchez ha explicado algunos detalles de las mismas, a su modo y manera, en una respuesta a una pregunta parlamentaria a cuenta de algún episodio de acoso a las FUERZAS DE SEGURIDAD DEL ESTADO en la región catalana.

Dichas jornadas de ambientación, “dirigidas al personal destinado y de nuevo ingreso”, las organizan de forma conjunta el Servicio de Psicología (a estos hay que mirarlos con lupa a la vista de la actualidad social y suicida, dentro del cuerpo) y el S.I.G.C., la unidad dedicada a la lucha anti-terrorista, dedicada también a controlar de forma discreta los movimientos del independentismo para alcanzar la secesión de forma ilegal. Si volviera "ROJO 30", nada de esto habría podido crecer tanto. 

Los MAMELUCOS en la región catalana explican, que estas jornadas de ambientación, puestas en marcha hace unos meses, en 2018, se centran sobre todo en “poner en antecedentes” a los agentes que llegan a las distintas unidades de la región catalana y en explicarles la problemática especial que el independentismo supone en el trabajo y en la vida diaria de los guardias civiles respecto a otros destinos. En pocas palabras, se les enseña a bajarse los pantalones y poner el culo, como hacen los politicos a cambio de un pedazo de pan.

En pocas palabras, que se cubran las espaldas, miren los bajos de sus vehículos, que no tiendan la ropa de sus uniformes a la vista, que cuando vayan a comer a algún sitio, se sienten al fondo y de cara a las entradas del local, que si van de discotecas, se vayan a las que estén fuera de a región, que sus esposas e hijos se queden en la región de procedencia, etc...

Cabe recordar, por ejemplo, que los militares españoles que van a ser desplegados en una misión internacional reciben, antes de llegar, formación específica para conocer las costumbres y características sociales de la población local, y se les dan consejos para garantizar su seguridad y no provocar roces con los habitantes de la zona. Guardando las distancias entre una misión militar a una zona en conflicto y la llegada de GUARDIAS CIVILES a la región catalana se enfoca de forma similar, en el sentido de preparar a los efectivos ante las peculiaridades locales del destino. En pocas palabras y sin boberías, que va a una ZONA DE GUERRA.
Dios hizo al hombre y lo nombró
GENERAL DE LA GUARDIA CIVIL

Exactamente lo mismo que en la región vasca en sus años de plomo y que sigue exactamente igual o a peor, sin resolución alguna. Ahora se traslada a la región catalana, debido a que unos politicos cobardes se esconden mientras envían a los de siempre a defender, lo indefendible sin ninguna Ley que les apoye. 

La presión independentista no desaparece. La presión callejera contra la GUARDIA CIVIL se incrementa. El ambiente continúa enrarecido y periódicamente se producen nuevos casos de protestas ante instalaciones de la GUARDIA CIVIL, como ocurrió el 4 de octubre de 2018, cuando unas 400 personas rodearon la CASA CUARTEL de Calella al grito de “¡Torturadores!” y “¡Fuera las fuerzas de ocupación!”.

Además de poner en marcha estas "JORNADAS DE AMBIENTACIÓN" para los GUARDIAS CIVILES que llegan a la región catalana, los MAMELUCOS de la Zona han adoptado otras medidas “para garantizar la integridad de las instalaciones así como la de las personas residentes”, según explica el Gobierno en la respuesta a la pregunta parlamentaria; aunque no ofrece más detalles de estas medidas de protección de la GUARDIA CIVIL en la región catalana. 
Intxaurrondo, donde la palabra HONOR se escribe con SANGRE

Volveremos a lo mismo: 

"CAERÁN ASESINADOS GUARDIAS CIVILES, ESPOSAS DE GUARDIAS CIVILES, HIJOS DE GUARDIAS CIVILES, NOVIAS DE GUARDIAS CIVILES, FAMILIARES DE GUARDIAS CIVILES"

Pero, nunca caen asesinados los...

¡¡¡MAMELUCOS!!!


sábado, 12 de enero de 2019

LA SARGENTO ACOSADA EN LA GUARDIA CIVIL

ME SIENTO INDEFENSA EN ESPAÑA

Su decisión de informar sobre los actos presuntamente delictivos llevados a cabo por un subordinado le han complicado su trabajo en el cuerpo.
La sargento acosada en la Guardia Civil: "Me siento indefensa en España"
María Serrano, sargento de la Guardia Civil destinada en el Seprona.
María Serrano

María Serrano, sargento de la Guardia Civil (cuerpo policial español militarizado), destinada en el SEPRONA (Servicio de Protección de la Naturaleza) y con 25 años de servicio, se encontró en el año 2013 ante la decisión que marcaría para siempre su vida: un cabo que trabajaba bajo sus órdenes cometía actos presuntamente ilícitos. María no dudó en informar de ello y cumplir con su deber de investigar y perseguir los actos delictivos, pero no midió bien las consecuencias de cumplir con su obligación ni tuvo en cuenta que, quizás, ese cabo solo era una pieza más de un entramado mucho mayor. La corrupción en España está tan extendida que denunciarla rara vez suele ser una decisión acertada y en este caso tampoco lo fue.
Consecuencia de su tenacidad, la sargento Serrano ha llegado a acumular hasta catorce causas judiciales abiertas, muchas de las cuales ahora mismo están pendientes de resoluciones en el Tribunal Supremo, en el Tribunal Constitucional y en el Tribunal Europeo de Derechos Humanos. Recientemente, el pasado 17 de octubre, acudió a exponer su caso al Parlamento Europeo, junto a su abogado Fermín Vázquez, gracias a los eurodiputados Javier Couso (Izquierda Unida) y Jordi Solé (Esquerra Republicana de Catalunya).
— ¿Cómo descubres la corrupción?
Todo comienza cuando recibo notas informativas externas [el equipo de investigación de la comandancia de la Guardia Civil en Málaga] sobre un cabo [empleo de la Guardia Civil] bajo mi mando del que se sospecha que pudiera estar cometiendo ilícitos penales como chivatazos a las empresas (lo que provocaba que muchas operaciones no terminaran bien), asesoramiento a empresas y personas que se dedicaban a la gestión de los residuos de aceites o denuncias, por ejemplo a Mercasevilla, en las que luego actuaba en calidad de testigo en procedimientos sancionadores de hasta 60.000 euros.
— ¿Hubo realmente voluntad de destapar este caso de corrupción o se intentó ocultar?
— Como al mando no le quedaba más remedio que investigar el asunto [al llegar notificado de otra comandancia, en este caso la de Málaga] en lugar de encargar el asunto a la policía judicial o a los asuntos internos me lo encargan a mí sin descargarme de trabajo. Lo investigaba casi en mis ratos libres. Cuando empiezo a descubrir la corrupción, el teniente empieza a decirme que dejase de sacar mierda del SEPRONA o que me dedicase a educar a la gente. No querían que trascendiera.
— ¿Por qué crees que no se quiso investigar?
— Me falta una pieza para comprender el desamparo que sufrí o por qué no se quiso investigar, pero supongo que al estar involucrada Mercasevilla hay políticos y personalidades de por medio.
Imagen ilustrativa / Sergio Perez / Reuters
— ¿Cuál fue la resolución judicial de tu informe?
— El caso fue sobreseído porque lo denunciado, incomprensiblemente, en lugar de ser considerado un delito continuado fue considerado como delitos inconexos, lo que hace que todos los casos queden prescritos salvo uno. Ese caso es cerrado porque el cabo alega que los escritos [a favor de la empresa denunciada] los hizo un letrado, pero los escritos estaban en el ordenador del cabo en la comandancia y las fotografías estaban supuestamente hechas con la cámara fotográfica de la unidad.
— ¿Cambió algo el sobreseimiento del caso?
— Con motivo de no cesar en el destino, la convivencia con el cabo se vuelve insoportable porque las faltas de respeto y subordinación comienzan a ser continuas. Me siento diariamente como una mierda. No me queda más remedio que elevar partes disciplinarios por la situación, porque nadie concibe lo que sucedía… ¿Estaban esperando que termináramos a tiros y saliéramos en el telediario?
— ¿Con ese expediente se reconduce la situación?
— Tras ese expediente se propone la pérdida de destino por una falta grave, pero meses después, la resolución del expediente es sin responsabilidad. Esa resolución es un varapalo para mí. Al día siguiente el coronel me cita a su despacho y me da la puntilla, el golpe de gracia. El coronel pierde la cabeza delante del mis otros dos mandos (teniente coronel y teniente), mientras yo estaba completamente desencajada y me dice que hasta aquí hemos llegado, que no encajo en la unidad, que hiciera las maletas, que me fuera y que la que no estaba haciendo las cosas bien era yo. Mientras tanto yo lo único que hacía era llorar durante los más de treinta minutos que duró la bronca y las voces. Ni siquiera me permitieron hablar durante aquella bronca.
— Por esa bronca denuncias al coronel jefe de la comandancia de Sevilla…
— He denunciado al coronel por múltiples delitos, aunque de ellos solo prosperó la prevaricación y dado que no está tipificado en el Código Penal Militar, salvo para jueces y fiscales militares, debe de ser la justicia ordinaria la que juzgue este caso. Sin embargo, la Audiencia Provincial de Sevilla alega que ellos no son competentes, por lo que hemos elevado una cuestión prejudicial para que Europa ponga orden en esta controversia [el Tribunal de Justicia de la Unión Europea. TJUE].
María Serrano, sargento de la Guardia Civil destinada en el Seprona.
"Sufro todo tipo de amenazas veladas y expedientes disciplinarios y administrativos, llego a acumular hasta catorce. La semana pasada me desahuciaron de mi vivienda en un pabellón militar".María Serrano, sargento de la Guardia Civil destinada en el Seprona.
— ¿Qué resolución tomó el juzgado militar con respecto a esta denuncia?
— Hubo tres testigos, a pesar de las represalias que podían sufrir, que manifestaron en sede judicial militar contra el coronel por la bronca que yo sufrí y las bestiales voces de aquel día. Y presenté la grabación de una cuarta compañera en la que se demuestra la bronca sufrida. El juez, también militar, del mismo empleo que coronel, alegó que no era relevante.
Además, el capitán psicólogo que me dio la baja médica ese mismo día declaró que sufría amnesia y que no recordaba lo que sucedió ese día. Pero yo grabé las dos citas posteriores que tuvimos y las entregué en el juzgado. El juez militar volvió a alegar que no era relevante, se niega a juzgar al comandante psicólogo por falsedad testifical y me abren un proceso de abuso de derecho en el que el juez me llama "caprichos". Es un peliculón.
— Después de denunciar al coronel…
— Sufro todo tipo de amenazas veladas y expedientes disciplinarios y administrativos, llego a acumular hasta catorce, pero han sido en total más expedientes. La semana pasada me desahuciaron de mi vivienda en un pabellón militar. Es una barbaridad y una persecución.
— Fuiste a exponer tu caso al Parlamento Europeo, ¿por qué?
— Por la indefensión que siento en España, tanto en la jurisdicción ordinaria como militar, por las anomalías, irregularidades o connivencias. No lo puedo demostrar, pero creo o siento que existe connivencia entre el juzgado y la comandancia por las prisas con las que se despacha mi desahucio o la denegación de la prórroga para continuar en mi vivienda.
Quiero resaltar que las denuncias en cuanto a medio ambiente pertenecen a la Junta de Andalucía y está subvencionado por la Unión Europea. Sin embargo, la Junta de Andalucía jamás se ha personado como perjudicada en el caso, cuando lo es, inicialmente porque no se le ha advertido de ello. Después, les traslado la situación en múltiples ocasiones, pero la Junta de la Andalucía, incluida la presidenta [por Susana Díaz], siguen sin personarse en la causa.
— ¿Has sufrido mucho todos estos años?
— Mi madre, la persona más importante de mi vida, es la que más está sufriendo esta persecución.
— ¿Has sentido algún cambio por el nuevo gobierno del partido socialista (PSOE) surgido en España el pasado mes de junio?
— Ninguno.
Luis Gonzalo Segura

martes, 1 de enero de 2019

DEMETRIO NUÑEZ NUÑEZ

SENCILLAMENTE, UN "GUARDIA CIVIL"

Demetrio, el desconocido guardia civil republicano que ayudó al Rey a salir de España en la II República.Nunca se hizo famoso, pero este miembro de la Benemérita acompañó y protegió a Alfonso XIII, junto al ministro de Marina, en su salida del país el 14 de abril de 1931

En la histórica portada que ABC publicó el 17 de abril de 1931, tres días después de que se proclamara la Segunda República, Alfonso XIII se dirigía a los españoles para explicar las razones de su abdicación y salida del país: «Las elecciones celebradas el domingo me revelan claramente que no tengo hoy el amor de mi pueblo». En la misma carta subrayaba después: «Soy el Rey de todos los españoles, y también un español. Hallaría medios sobrados para mantener mis regias prerrogativas, en eficaz forcejeo con quienes las combaten. Pero, resueltamente, quiero apartarme de cuanto sea lanzar a un compatriota contra otro en una fratricida guerra civil».

Todo se había precipitado después de las elecciones en las que los partidos monárquicos habían ganado sobradamente a los republicanos, pero en las que estos vencieron en la mayoría de las capitales, incluidas Madrid y Barcelona. Esto fue interpretado por algunos ministros como una derrota del sistema que exigía la salida del Rey. Por eso, cuando Alfonso XIII se asomó al balcón del Palacio Real el 14 de abril y vio a la muchedumbre revolucionaria, exclamó: «No quiero, no, que por mí se derrame una sola gota de sangre». Y el presidente del Consejo de Ministros, Juan Bautista Aznar, se preguntaba: «¿Qué más crisis desean ustedes que la de un país que se acuesta monárquico y se levanta republicano?».

La decisión de que el Rey debía abandonar España se había tomado el 12 abril, poco después de haberse hecho público el resultado de los comicios. Así lo cuenta el ministro de Marina José Rivera y Álvarez de Canedo en el pormenorizado informe que dejó escrito de los cuatro días siguientes. La visión del hombre encargado de sacar al Rey del país y trasladarlo sano y salvo a Marsella, junto a nuestro desconocido guardia civil: Demetrio Núñez Núñez. «El día de las elecciones hablé con Aznar y me dijo que a las 16.30 tendríamos consejo de ministros. Nos reunimos y tomó la palabra Romanones, quien desde luego opinó que la única solución era que el Rey se marchase y que el Gobierno presentara la dimisión. Pensé que esto era ya cosa convenida con el Rey [...]. Aunque era algo muy fuerte, todos comprendimos que no había otra solución, pues ni el Rey quería resistir, ni el ministro de la Guerra contaba con el Ejército, según expresó claramente en repetidas ocasiones. El ministro de Fomento, Juan de la Cierva y Peñafiel, fue el único que opinó enérgica y decididamente en contra», cuenta Canedo al comienzo de sus nueve folios mecanografiados en un tono es aséptico, pero con todo lujo de detalles.

Explica este después que el 14 de abril volvió a recibir una llamada para que, a las 12 de la mañana, se presentara urgentemente en el Palacio Real y ordenara que se preparara un barco en Cartagena. La situación era «alarmante» ya en aquellos momentos. Al reunirse con Don Alfonso XIII, este insistió en su decisión de «ausentarse de España en vista de las circunstancias, pues, aunque no le faltaba valor para jugarse la vida y estaba seguro de contar con fuerzas suficientes para resistir, no quería que por su causa se derramase sangre».

En el Palacio Real se encontraba en esos momentos Demetrio Núñez Núñez. Había nacido en Rublacedo de Arriba (Burgos), en 1902, e ingresado en la Guardia Civil a mediados de la década de los 20. Su primer destino fue Córdoba, donde participó en la detención de algunos de los bandoleros más famosos de la época. De allí fue enviado a La Rioja, donde conoció a su futura esposa. Y finalmente acabó en Madrid, como miembro de la Guardia del Rey, en cuyo cuerpo escribió una página importante en la historia de España, al prestar protección a Alfonso XIII durante su huida y en los días posteriores a su familia.

Allí estaba cuando a Canedo se le ordenó de nuevo acudir al Palacio para participar en otro Consejo de ministros a las 16.30. Después, cuenta, vio al todavía monarca «junto a la ventana, exclamando: “Esta es la que casa en la que nací y quizá no volveré a ver”». Y luego quedó en recogerlo, tras la indicación dada por el Conde de Romanones, de que fuera él quien lo acompañara en su viaje. A la hora indicada se presentó con su chófer de confianza y su coche de alta gama, un Duesenberg convertible. «Vamos José», dijo el Rey al verle, poco antes de que aparecieran todos los miembros de su servicio para «rodearle cariñosamente y decirle que volviera pronto».

El monarca salió del Palacio por la puerta secreta que daba a los jardines del Campo del Moro y se subió a su Duesenberg, junto al infante Alfonso de Orleans y su ayudante Moreu. Detrás iban Canedo y el duque de Miranda. Y en un tercer vehículo, escoltándolos a todos, Demetrio Núñez junto a cuatro compañeros guardias civiles de los que nunca trascendió el nombre. La identidad del agente burgalés la conocemos porque su historia fue rescatada hace dos años en «Miradas. Historia de la Guardia Civil en Burgos» (Diputación de Burgos).

Nuñez y los otros agentes compañeros seguían en secreto al Rey y su séquito. Lo hicieron con tanta discrección, vigilando en la distancia, que la comitiva no se percató de su presencia hasta llegar a Aranjuez. En ese momento, y por seguridad, ni siquiera Alfonso XIII sabía que le trasladaban a Cartagena para embarcarlo con destino a Marsella. «¿A dónde vamos?», preguntó este. «Ya se lo diré a Su Majestad después y al oído», respondió el ministro de Marina en uno de los tres altos en el camino que hicieron. Nuñez les seguía detrás. Querían evitar el menor incidente. La situación en España era tensa, como se pudo observar, por ejemplo, en las tropelías que se cometieron contra la Iglesia poco después de proclamarse la Segunda República: más de un centenar de edificios religiosos ardieron en los siguientes días.

«A llegar a un paso de nivel en la vía férrea en Murcia, se acercaron a prudente distancia cinco hombres que se quedaron parados y observándonos, pero al rato saludaron quitándose los sombreros y lo volvieron a hacer al abrirse el paso y continuar nuestro viaje. ¿Quienes serían? ¿Policías, periodistas? No lo sé [...]. En el Puerto de Cartagena nos encontramos con numeroso público que, contenido por los guardia civiles, pues no se le dejó entrar como deseaba, prorrumpió en gritos y vivas a la República [...]. Invité al Rey a que embarcara en el bote dispuesto y nos fuimos al “Príncipe Alfonso”, que nos esperaba a pique del ancla», puede leerse en el informe de José Rivera y Álvarez de Canedo. 

Comenta también que vio llorar al Rey: «Dispense, Don José, no lo he podido evitar», se disculpó este. Y añade el ministro en su escrito: «Por su deseo subimos al Puente Alto, donde permanecimos durante la salida, pues me dijo que quería ver España por última vez. Luego me preguntó dónde íbamos y le dije que a Marsella. Me indicó que le parecía mejor Tolón (Francia), pues Marsella era un puerto de mucho movimiento, pero le convencí».

Después de participar en el traslado del Alfonso XIII, Demetrio Núñez siguió durante un tiempo protegiendo al resto de la Familia Real que se quedó en Madrid, a pesar de que ya se había instaurado el régimen republicano y de que el monarca, tal y como había anticipado, nunca más regresaría a casa. Fallecería diez años después en el Gran Hotel de Roma a causa de una angina de pecho. Lo hizo solo un mes después de renunciar a la jefatura de la Casa Real en favor de su hijo Juan. Sus restos volvieron a España en 1980. El «inmenso sacrificio» que realizó al exiliarse no contuvo, por desgracia, la violencia. Cinco años después, España se desangraba en la Guerra Civil que había tratado de evitar con su marcha. 

Demetrio Núñez, por su parte, fue expulsado de la Benemérita para siempre al finalizar la guerra en 1939. La causa: sus servicios a la Monarquía, que prestó con total dedicación y esmero a pesar de su filiación política republicana.

4º Siempre fiel a su deber, sereno en el peligro, y desempeñando sus funciones con dignidad, prudencia y firmeza, será más respetado que el que con amenazas, solo consigue malquistarse con todos.


5º Debe ser prudente, sin debilidad, firma sin violencia y político sin bajeza.