HONOR

HONOR
«¡Disciplina! Nunca bien definida y comprendida. ¡Disciplina! Que no encierra mérito alguno cuando la condición del mando nos es grata y llevadera. ¡Disciplina! Que reviste su verdadero valor cuando el pensamiento aconseja lo contrario de lo que se nos manda, cuando el corazón pugna por levantarse en íntima rebeldía, o cuando la arbitrariedad o el error van unidos a la acción del mando. Esta es la disciplina que os inculcamos, esta es la disciplina que practicamos, este es el ejemplo que os ofrecemos.»

sábado, 29 de junio de 2019

MARICONADAS, LAS JUSTAS

!Si el duque de Ahumada levantara la cabeza! La Guardia Civil se suma al Orgullo Gay incorporando los colores LGTBI al escudo del cuerpo. 

Desconozco donde ha salido este nuevo logo, pero de ser cierto, ya apaga la luz, cierra la puerta y tiren la llave. La Guardia Civil, parece ser, que ha sucumbido también al nuevo dogma de fe mundialista y se ha sumado al Día del Orgullo Gay ribeteando su escudo con los colores de la bandera arcoíris. Pues qué bien. ¿Lo aprobaría el duque de Ahumada, fundador del benemérito instituto? Es dudoso. Pero ya se sabe que contentar hoy a los amos del momento prima sobre la tradición.

«El Honor es la principal divisa del Guardia Civil. Debe, por consiguiente, conservarse sin mancha. Una vez perdido no se recobra jamás». Eso dice al menos el lema de la todavía llamada Benemérita. Ya se sabe que lo peor de algunos lemas es que terminen convirtiéndose en conceptos vacíos. ¿Cabe honor sin dignidad? ¿Cabe honor sin principios morales? Aquí entra ya la interpretación moral de cada uno. El juez Giovanni Falcone sacrificó su vida por mantener sus principios, y el mafioso Salvatore Riina, que fue el encargado de ordenar su asesinato, también vivió conforme a los suyos propios. Y es que hay principios y principios. Como existen principios universales y leyes artificiales. Un principio natural es una verdad universal que proporciona libertad de acción a quien lo entiende y aplica. Una ley artificial es una aplicación restrictiva que promueve alguna faceta del control del ser humano. Los principios naturales describen la realidad y las leyes artificiales muchas veces se oponen a ella. Es decir, a los principios naturales. Cuando las personas nos regimos por leyes impuestas, y no por principios, nuestra libertad se recorta. Cuando tomamos por verdades absolutas las que han sido creadas por algunas personas para imponer su autoridad sobre el resto, nuestras habilidades y potenciales se ven sistemáticamente disminuidos.

A partir de aquí, que sean los agentes de la Guardia Civil los que decidan si el honor del que presume el Benemérito Instituto debe estar basado en inclinaciones ideológicas o en principios naturales. De que decidan correctamente dependerá que sean capaces o no de conservar la virtud, entendida ésta como una disposición constante del alma para las acciones conformes a la ley moral.

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