Muy tranquilo y tomándome un café y ahora que vengan. |
Para mi, personalmente el "MALPARIDO" es un politico que engaña y roba al pueblo, pero peor son los "CAGADOS" que han venido al mundo por una cagada diarreica de sus madres, por lo tanto además son unos incapaces que llevan su venganza al revanchismo y la total destrucción de todo lo que indique cultura y sociedad.
A ellos les dedico éste post, en parte mio y en parte de otra persona, que nos hemos dado cuenta al lugar donde nos intentan llevar, nos desean llevar y para colmo están abanderados por unos militares cobardes y traidores a sus juramentos.
"TODOS LOS TRAIDORES, COBRARÁN SEGÚN LAS FICHAS QUE POSEAN EN SUS MANOS Y EN SU MOMENTO, QUE ESO QUEDE BIEN CLARO"
En la región Vasca es donde conocí el sentido de la expresión "CAGARSE DE MIEDO", lo vi en compañeros que pidieron la baja en el Cuerpo, para no ir obligados durante un año (como todos) a ese destino maldito por unos y maravilloso para otros. Por lo menos para mi, fueron los mejores años de mi profesión.
Yo soy muy raro, lo reconozco, pues fui a finales de los 70, "DOS VECES VOLUNTARIO", una de motorista a Alava hasta que nos sacaron de allí y la otra a Intxaurrondo en el sigc. Pero si lo pienso bien y quiero ser sincero, donde más miedo he pasado yo ha sido en una Comandancia que no estaba en la región Vasca, una Comandancia donde los escribientes de la Plana Mayor llegaban a esos puestos por herencia, que hay que joderse un poco para creerlo. Yo puedo demostrar como un guardia recién salido de la academia, llega a una Comandancia, le dan un puesto de escribiente en la Plana Mayor y sin salir de ella, llega a Capitán y se jubila. En esa Comandancia o aceptabas el juego o te jodían de por vida, hoy no se como estará el patio, pero por lo que oigo, ha cambiado muy poco. Sobre éste tema ya prepararé un post con nombres y apellidos, que ninguno de los nombrados podrán negar ante las evidencias.
Volvamos a la región Vasca. Cuando alguien te puede querer matar sin conocerte, sin haber hecho nada, es una sensación muy desconcertante. En mi caso, en el Destacamento de Tráfico donde trabajaba, yo, para esos cagados incapaces de ETA era parte del bando enemigo.
No se preocupen, no voy a hablar de la "GUERRA" existente en esas fechas y negada por esa mierda de politicos, quería describir cómo justamente ahora les toca jugar a ese enemigo. De como ahora están pasándolo muy putas para salir a la calle o pasear con sus familias.
Cuando la mosca te ronda las orejas es justamente cuando empiezas a tener miedo, pues ya no puedes esconderte, cuando a "ALGUIEN" se le crucen los cables.
Y la cosa funciona así: Cuando sales de casa cada mañana y automáticamente enciendes todas las alarmas. Miras a derecha e izquierda, te aseguras de que no haya nadie extraño. Te haces especialista en mirar con el rabillo del ojo, a esas sombras que se mueven a tus espaldas.
Te ves siempre desde atrás. Tu nuca te llega a obsesionar, sientes una sensación constante, porque es donde tu disparabas. Tu nuca es lo que ves mientras caminas por la calle, como con una cámara que te sigue, y es lo último que vera tu "ejecutor", llegado el día, antes de pegarte un tiro.
Te ocurrirán cosas raras, como oír un ruido a tu espalda y mirar unos espejos retrovisores que no existen. Entrar en un bar y cuando llegas a la barra observarás como la gente se separa de ti igual que una pelicula del oeste americano.
Piensas que si llueve no te atacarán y te puedo segurar que la climatología no es un obstáculo para tu ejecutor, todo lo contrario con lluvia es mas fácil pues todo el mundo se escuda tras un paraguas. Te recuerdo la imagen del cadáver de José Luis López de Lacalle, cubierto con una sábana, con el paraguas abierto al lado. Fue el 7 de mayo de 2000, en Andoain.
Txapote ordeno el asesinato |
Cada mañana tienes que llevar a cabo un ritual incomodo: mirar debajo del coche. Porque no es tan sencillo, tienes que despatarrarte por el suelo. No hace falta entender de coches, tu y los tuyos conocéis perfectamente lo que es una "BOMBA LAPA" y si hoy no hay, otra vez será.
Piensas que estás seguro, pero en el momento de girar la llave cada mañana siempre te quedara un hilo de duda, por la posibilidad de haber mirado mal, de que hubieran inventado un nuevo tipo de explosivo que se vea menos, que te recuerdo los hay. Nunca estarás seguro.
CLIC al segundo siguiente oirás el motor y ya se te olvida. Vuelves a pensar en tus cosas, por ejemplo en febrero de 2002, que un chico de Bilbao había recorrido diez kilómetros con una bomba lapa pegada en su coche, sin enterarse, hasta que estalló y le dejó sin una pierna. Era Eduardo Madina, militante socialista, que hacía prácticas en una empresa y era jugador de voleibol, que encima hoy te apoya y dice que eres un demócrata.
Arrancar el coche tiene su responsabilidad con los que te rodean. Tras asegurarte de que no hay bomba, esperas a que no pase nadie, no fuera que sí que hubiera y la jodieras y encima matas a una pobre señora que iba a por el pan. Bueno, a ti te importaría muy poco llevarte por delante a otros inocentes, ya lo hacías voluntariamente, para ti todos son unos hijos de puta.
Vas cogiendo unas costumbres que luego ya no te abandonaran, y se que las has cogido pues lo he podido comprobar "in situ", como dónde sentarte en un bar o restaurante (al fondo de espaldas a la pared y mirando a la puerta de entrada) y olisquear el correo y los paquetes, a ver si el olor es igual a las almendras amargas. Te puedo asegurar que esa opción ya no existe, la de los olores, ahora debes fijarte bien en ti mismo y si ves un punto rojo sobre tu cuerpo, corre como un loco, pues tu hora ha llegado.
Tus vecinos que no conozcan tu historia, creerán que eres un loco en cuanto te vean por los suelos mirando los bajos de tu coche todos los días y se quedarán con la mosca detrás de la oreja «Uy, ¿por qué mira este debajo del coche?». De inmediato comprenderán lo que pasa y pensaran que yo eres algo. Algo, es decir: parte de una subespecie o grupo social perseguido. Si te va bien el vecino podría pensar que pobrecillo y ahí se quedaba la cosa. Pero si es alguien de los otros, de los familiares de tus victimas, podrás darte por jodido.
Se quedaría con el toque, podía comentarlo, se acabaría sabiendo en el barrio, la voz quizá llegaría a oídos de alguno y a lo mejor te echaban el ojo. Es decir, se dará la diabólica paradoja de que podrías no estar amenazado y de que nadie supiera quién eras, pero el solo hecho de tomar precauciones podría llegar a convertirte en sospechoso. Tendrás miedo de que te vieran tener miedo.
He comprobado personalmente e in situ que más de una noche has tenido que ir a dormir a casa de algún "amigo". Al día siguiente has cogido un taxi y vuelta a empezar. Ten cuidado cuando tomes algun taxi, pues a esa profesión tambien le distes "que ruede la pelota" y lo mismo pasas del asiento trasero al maletero y terminas amarrado a un árbol por alguna campa.
El trabajo, donde te pasas horas, se ha llegado a convertir en el lugar más confortable, porque es seguro, hay controles, vigilantes, cámaras, te sientes a salvo, como en casa. Lo malo es ir de uno a otro sitio, los desplazamientos, se lo puedes preguntar a la familia Kennedy, que un 22 es una maravilla, de casa al trabajo y del trabajo a casa. Es como correr de refugio en refugio.
Te comerás el coco una millonésima parte de lo que lo hacía alguien con familia, con niños, con nietos, un policía, la mujer de un guardia civil o alguien que hubiera aparecido en las listas. Aparecer en las listas era otra expresión de esos años: «Fulanito ha aparecido en las listas», te decían con gravedad. Ocurría cuando desmantelaban un comando o detenían a un etarra con papeles encima con listas de objetivos.
Ahora son simples listas que vuelan por las redes sociales, enumeraciones de nombres, pero ahí estás tú más los tuyos, y sabes por qué. A veces esas listas se sacan mecánicamente de los nombramientos del BOE.
Quien va con escolta es una especie de apestado. Lo jodido es que los escoltas que llevas son de los tuyos, lo quieren disimular pero se les nota a la legua. Poca cosa de la que hay que apartarse disimuladamente, no sea que le cayera a él un tiro. Acercarse a estas personas es como ponerse a tiro, físicamente, entrar en una zona de riesgo.
Estarás profundamente solo, pero sin poder estar solo ni un minuto. Una pesadilla. No solo eso, es que encima se te mira mal. Nadie te invitará a fiestas familiares, "por si acaso".
Si me vigilabas y se que lo hacías en Orozco y los peajes de Altube y Areta, te lo puse muy difícil pues a veces te sorprendía que yo estuviera detrás tuya vigilandote y no delante siendo vigilado por ti. Lo mio te presentaba muchas dificultades, porque a lo mejor tomaba precauciones.
Cuántas veces he imaginado yo a mis hipotéticos perseguidores para intentar meterme en su cabeza y prevenir tácticamente sus movimientos. Aún recuerdo cuando me seguías y te sorprendí con una entrada en la Academia de Arcaute, donde pasé mas de 24 horas y me pasee por todo el recinto.
Entrantes en Arcaute seguidamente, volviste a verme en la cafetería y te deje una servilleta sobre la mesa, en la que escribí y comprobé que te fijabas, que la recogiste y la leistes: "SI TIENES HUEVOS, EL LUGAR MEJOR PARA LA BOMBA, SON LOS ASEOS DEL COMEDOR A LAS 13 HORAS". Dos semanas después, la revista Interviu, publico algo sobre lo escrito en la servilleta. ¿Otro delirio tuyo?. Pensabas dónde podía ser más fácil, a qué hora del día, de qué manera. Era un juego diabólico.
Era una atmósfera de terror sutil y cotidiano muy difícil de explicar. La región Vasca es un régimen perfectamente mafioso, y sé de lo que hablo porque he vivido en ella y sé un poco de sus cloacas. Suicidarse era fácil: bastaba hablar en voz alta contra ETA, en el bar y no digamos ya en la tele. Pero casi todos hablaban en voz baja, o no hablaban. Por eso había poquísimos famosos vascos que hablaran del tema. En eso no tenían opinión. Reinaba un gran silencio. Hoy puede chocar, y no estoy tan seguro, y espero que algún día lo haga, pero se miraba para otro lado mientras mataban gente en la calle todos los días. Qué sé yo, los jugadores del Athletic de Bilbao o de la Real Sociedad, ídolos de los niños, con su prestigio social para las obras benéficas y la defensa de los valores, condenaban la violencia en el fútbol, pero lo otro no, era política. Les comprendo, si uno hubiera abierto la boca le habrían hecho la vida imposible. Era mejor no meterse en líos. O pagar en silencio el impuesto revolucionario, para que no te quemaran el negocio.
Realmente a muchos en la región Vasca, viviendo tan bien, ni se les pasa por la cabeza que les pudiera tocar a ellos, porque se creen tener una especie de inmunidad, la que les otorga la cobardía ante el enemigo. Solo se arriesgan con la lotería de que te pillara un bombazo pasando por allí, pero paciencia, las probabilidades no son bajas, y de todos modos no sería una trágica fatalidad. Habría sido sin querer y yo me alegraría.
Que te odie gente que ni te conoce a mí no se me hace raro. Le encuentro sentido, estás recogiendo lo que has sembrado. Te ven a ti y a los tuyos desprovistos de humanidad, como un símbolo o una categoría a eliminar. En ese sentido eres una especie de genocida, pero muy curioso, porque era contra tu propia raza y tu propio pueblo. Doctrinas majaras como la de «socializar el sufrimiento». Por lo visto, idealmente, cuando mataran a todos, con los cuatro que quedaran aquello iba a ser el puto paraíso en la tierra con boinas y camisas de cuadros de leñador.
¿Por qué? No había una respuesta comprensible. Y con las que te daban ellos te meabas de risa. La represión. A veces recuerdo esos adolescentes que en momento culminante de su vida tienen una noche en que quemaron un autobús con cócteles molotov durante las fiestas patronales de su pueblo. Y luego, hala, a chuparse cinco, seis años de cárcel, el corazón de su juventud. Y toda esa gente pudriéndose entre rejas por una especie de alucinación colectiva. No sé qué pensarán ahora de su vida y de cómo la cagaron. Desde luego no lo dicen.
Y por favor, repito, que no me vengan con la represión. Sí, sí, no se preocupen, añado que me parecen muy bien las torturas, quien a hierro mata a hierro muere y por supuesto el GAL aunque no se llamase así, ese nombre fue un invento de la prensa del momento y, faltaría más, dejen ya el franquismo en paz. Pues claro, ESPAÑA UNA, como a cualquier persona normal.
Los etarras no solo se la machacaban, todo el día con su paranoia, sino que encima te volvían loco a ti y si te iba mal hasta te pegaban un tiro. Etarras, mal paridos y cagados, esto va por ti que sabes a quien me refiero. Por ti, el que lloraba pidiendo perdón, se cagaba y meaba de miedo en los pantalones, valiente gudari de mierda estás echo.
Te lo dejo medianamente claro a ti y a los que te jalean, lo hice una vez y no hablo del 36, lo puedo hacer una segunda vez y te aseguro que esta vez todo serán recogidas judiciales.
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