HONOR

HONOR
«¡Disciplina! Nunca bien definida y comprendida. ¡Disciplina! Que no encierra mérito alguno cuando la condición del mando nos es grata y llevadera. ¡Disciplina! Que reviste su verdadero valor cuando el pensamiento aconseja lo contrario de lo que se nos manda, cuando el corazón pugna por levantarse en íntima rebeldía, o cuando la arbitrariedad o el error van unidos a la acción del mando. Esta es la disciplina que os inculcamos, esta es la disciplina que practicamos, este es el ejemplo que os ofrecemos.»

domingo, 27 de enero de 2013

Destinados tan sólo 10 euros para material de oficina en Vecindario

Instruyendo las diligencias del último atestado

Diez euros para material de oficina. Ese es el presupuesto que tienen los ochenta agentes de la Benemérita que pertenecen al puesto principal de la Guardia Civil en Vecindario para los próximos tres meses. La crisis ha hecho mella también a las fuerzas de seguridad del Estado, que tendrán que apretarse el cinturón a la hora de adquirir bolígrafos, lápices, gomas o grapas -los folios quedan excluidos- para realizar las más de 500 diligencias que practican al mes, según denuncia la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC).

La Comandancia de la Guardia Civil en Las Palmas ha enviado durante este mes una misiva a los diferentes puestos del Instituto Armado en los que se reflejan los gastos designados a cada uno de ellos de cara al primer trimestre del año. En la misma se indica, por ejemplo, que en el puesto de Vecindario, el que más agente posee de toda la provincia, tiene un presupuesto para material de oficina de 10 euros, al igual que ocurre con los de Arguineguín y Agüimes.

Asimismo, el reparto del dinero para otras secciones de la Guardia Civil en Vecindario no superan los cinco euros. Destacan las patrullas del Servicio de Protección a la Naturaleza (Seprona) y de la Patrulla Fiscal y de Fronteras (Pafif), con tres euros de presupuesto, mientras que Intervención de Armas se lleva cuatro y la Policía Judicial y la Playa Mayor de la compañía en Vecindario tendrá que apañárselas con cinco euros para bolígrafos.
La autoridad competente, leyendo el último atestado.

Desde la AUGC en la provincia de Las Palmas se indica que ven "incomprensible" que "se destinen poco más de 500 de las antiguas pesetas para un puesto como el de Vecindario, mientras se da dinero para las obras de reformas en el pabellón del coronel jefe de la Comandancia de Las Palmas que ya había sido reformado por el anterior jefe".

martes, 22 de enero de 2013

FOTOS CON HISTORIA

NUESTRO AMIGO JOSE MANUEL NOS REMITE OTRA INSTANTÁNEA OBTENIDA EN EL CEMENTERIO DE ALCALA DE HENARES. COMO SIEMPRE LE AGRADECEMOS SU COLABORACIÓN CON ÉSTE BLOG.
Cementerio de Alcala de Henares.

domingo, 20 de enero de 2013

"Hoy, nos duele España porque no nos gusta como es"


ESPAÑA ES UNA NACIÓN DE HISTORIA CÍCLICA Y A LA REALIDAD NOS REMITIMOS
¿Historia cíclica?

En el Ejército, lo primero que se hace antes de iniciar una relación entre varios es presentarse con el nombre, grado y destino, como pequeño adelanto de la personalidad del militar; y como por circunstancias harto conocidas me encuentro en boca de muchos de mis compatriotas, quiero presentarme ante ellos para que, de esta forma, lo más objetivamente que pueda hacerlo, sepan algo sobre quién es Tejero y las circunstancias que le rodean.

Ante ustedes, no por voluntad propia, sino por avalares del destino, se presenta Antonio Tejero Molina, militar español, para quien ante el sacrosanto nombre de España todo lo demás, excepto Dios, queda oscurecido de tal forma que apenas sí se ve, de tal forma que por ella, por España y cuanto representa, río, sufro, trabajo, vivo y si es necesario muero con alegría.

Que el sentirme español sea para mí el más preciado título, tiene una sencilla y demostrable explicación: es que España es tan grande, tan hermosa... Es grande en su historia, hermosa en sus tierras, rica en sus campos, fecunda en sus gentes y divina en su lengua: ¡El español! Me he recreado miles de veces mirando con avaricia sus tierras; y lo mismo me ha estallado el alma de orgullo ante sus altivas montañas, que ante sus verdes y sosegados valles de Vascongadas; lo mismo se ha perdido mi ilusionada mirada en su inmensa llanura manchega, que he creído volar desde lo alto de los Picos de Europa; lo mismo me he tostado bajo el sol en sus playas de Málaga y de Maspalomas, que me he quemado con sus nieves en Candanchú y en el «Escaparate»; me he empapado durante años con el agua de sus cielos de Galicia, de la misma forma que me he abrasado al sol de su hermosa "siberia" extremeña...

Y la belleza de sus rías, y el fragor de sus minas, y el bullicio de sus ciudades, y el sosiego de sus pueblos, y el sabor de sus vinos: Jerez, Rioja, Jumilla, Priorato, Rueda y Ribeiro...; y el gusto de sus guisos: fabada, cocido, escudilla, gazpacho, caldereta, pote, marmitako, sancocho... Comidas y bebidas de una raza bravía cuyos machos han llegado a ser dioses y ejemplo de heroínas sus hembras.

Y de su tierra a su historia, ante la que, señores, ¡hay que descubrirse! Todos sabemos que desde los Reyes Católicos fuimos una gran nación, que no tardó en convertirse en grandísima. Tan grande era que en ella no se ponía el sol; y alumbró entonces nuevas tierras y se entregó generosa a aquellas hijas de más allá del océano, que son hoy pueblos hermosos que recuerdan a la Madre Patria que les dio el ser, que la recuerdan en español, y que en español, y a la sombra de la cruz, rezan sus hijos.

Desde entonces, nuestra Patria ha caminado siempre por la Historia sacudiéndose el yugo cuando intentaron ponérselo, porque al grito de «¡La Patria está en peligro!» ha tenido siempre prestos a sus hijos para volver a convertirla de meretriz en soberbia matrona. Y es esa Historia la que nos grita: «¡Mirad a España!, pero mirad sintiéndola, para que se nos grabe en el alma, para llevarla eternamente en nuestros sentidos.» «¡Mirad a España!, pero viéndola en sus tierras, oyéndola en sus cantares, descubriéndola en su Historia, abrazándola en su bandera, rezando en sus templos, mirando sus cielos, trabajando sus campos, amando a sus gentes, comiendo sus guisos, bebiendo sus caldos, sudando bajo su sol y tiritando sobre su nieve.»

«¡Mirad a España! besando a sus hembras y pariendo a sus hijos.» Solo así te sentirás español. Español a quien le duele España. Y hoy nos duele porque no nos gusta como es. Hoy nos duele porque España tiene que ser una y grande y no muchas y rota. Nos duele porque antes era alegre y ahora está asustada, y porque antes tenía trabajo y paz para sus gentes y ahora tiene paro y sangre en sus tierras; porque antes era respetada y ahora es el «hazmerreír» de los extraños; porque antes estaba gobernada y ahora tiene a unos dirigentes que, en vez de repartir paz, trabajo y justicia social —y también de la otra— discuten tan ricamente desde sus cómodas poltronas el sexo de los ángeles..., y eso, amigos, como español, duele; ¡duele hasta reventar!

'Mi única política es España: su paz, su orden, su trabajo y su grandeza'

Pero volvamos a mi presentación. Este español dolorido nació en Málaga un 30 de abril de 1932, se crió en Alhaurín el Grande, «el lugar», como le decimos; nació de la clase media, bueno, eso creía yo hasta que protestaron otros diciendo que mi clase no era la media, sino la baja, de acuerdo con mis antecedentes. El caso es que nací hijo de honrados maestros y nieto de sufridos labradores, y si tales antecedentes me sitúan en la clase baja, así lo admito y de ello me enorgullezco, pues no debemos ser malos cuando, poco a poco, vamos subiendo y progresando...

Estoy casado con una maravillosa mujer, hija de guardia civil y maestra de profesión y vocación, honrada y española como la que más, una mujer religiosa y prolífica que ha enriquecido nuestra unión con seis hijos que son nuestro orgullo y nuestra fortuna, educados todos ellos a la sombra de la cruz y en el amor a su Patria. En partes iguales se distribuye nuestra descendencia: tres varones y tres hembras; de aquellos, uno ya es militar, y de éstas, dos están casadas, también con militares; un nieto y otro en camino aseguran la prolongación de la familia. A la vista de todo ello es fácil sacar en conclusión que soy un hombre completamente feliz.

Aunque no soy monárquico, no me importa que mis amigos lo sean porque acepto cualquier forma de Estado, incluida la Monarquía, siempre que conduzca certeramente a mi Patria. Amo la vida y la libertad. Me gusta el orden. Soy católico practicante sin ser beato, y aunque no sea la mía una familia de mucho «rezo», todos los días damos gracias a Dios por los alimentos que permite llegar a nuestra mesa y bendecimos su nombre en familia al final de cada jornada. Políticamente no estoy encuadrado en ninguna ideología. Mi única política es España: su paz, su orden, su trabajo y su grandeza. No quiero nada que no haya ganado con mi sudor, y respecto a los demás, deseo que cada uno tenga lo que se merece, y me inclino por el más débil, no en una relación paternalista, sino en un plano de igualdad humana, de hombre a hombre.

En el trabajo y en el servicio soy duro para conmigo mismo y lo soy también para con tos demás, por ello, generalmente, no dejo pasar las faltas, las castigo, sin rencor pero sí de acuerdo con mi sentido de la justicia; por eso ni he guardado ni guardo rencor a quienes me han castigado si merecí el castigo. Entre mis grandes preocupaciones está la de la justicia social, pero sin demagogia; como cristiano sé que todos los hombres somos iguales, que lo único que cambia es aquello que Ortega y Gasset llamaba las circunstancias; por eso no creo en la existencia de razas privilegiadas, creo en los hombres y, sobre todo, creo en los españoles, y por lo que a mí se refiere, creo tener una enorme capacidad para encajar los reveses con la sonrisa en los labios, sin desfallecer nunca.

Tengo también defectos, quizá demasiados, pero de resaltar éstos ya se encargarán otros cumplidamente...

Creo que he hablado ya lo suficiente de mis orígenes, mi vida familiar y los pilares fundamentales de mi pensamiento como hombre y como español; quiero concentrarme ahora en mi condición de militar. Desde siempre quise ser militar, aunque no había precedente alguno en mi familia. Fue en 1951 cuando conseguí mis cordones de caballero cadete de la Academia General Militar. Aún ahora, en peligro de poder perder el uniforme, me parece mentira verme con los cordones en la mano, en la mano porque en el corazón los he llevado siempre.

Sin vanidad alguna por mi parte, pero sí con la obligación moral de salir al paso de quienes afirman que son militares los que no sirven para otra cosa, tengo que decir que fui un buen estudiante de Bachillerato, como certifican las abundantes matrículas de honor de aquellos años en los que se iniciaba mi expediente académico. Ya en la Academia General fui, durante tres años, cabo galonista por pertenecer a la primera promoción de la Guardia Civil, Cuerpo militar por entero, aunque yo siempre deseé que fuese Arma; Cuerpo militar español por su origen y creación, benemérito porque lo ha ganado a pulso y heroico porque lo ha demostrado a través de gestas como Santa María de la Cabeza, el Alcázar de Toledo, Oviedo y Tocina, que si cada una por sí misma sería suficiente, forman en su conjunto un póquer de ases que bien ganó para la Guardia Civil el titulo de heroico Cuerpo militar.

'Muchas veces he dicho a mis hijos que la vida es preciosa y que una de las cosas que más la engrandecen es el saber que se la puede uno jugar por algo que merezca la pena'

Durante mi permanencia en la Academia me enseñaron todo lo que ahora pongo en práctica y constituye el eje de mi vida, aunque mis profesores parecen haberlo olvidado. ¡De desmemoriados anda el mundo lleno! Lo cierto es que de aquellos profesores, hoy desmemoriados, aprendí el culto al valor, a la dignidad, al honor, a la Patria, a su unidad y a su bandera, y también el culto a nuestros muertos. Y me va a permitir el lector que haga un pequeño aparte para decir, en voz baja, confidencialmente a quienes tales enseñanzas me dieron: Señores desmemoriados ¡voy a tener que darles rabillos de pasas!

Tras este pequeño paréntesis, hecho gracias a la paciencia de los pacientes lectores, vuelvo a aquellos anos de mi vida en la Academia General de la que salí teniente en diciembre de 1955. Cataluña fue mi primer destino, y allí permanecí durante tres años. Cataluña era por aquellos años uno de los últimos reductos del bandolerismo español, con personajes como Sabater, Facerías y «Caraquemada», entre otros. Y cumpliendo aquel primer destino surgió la campaña del Sahara-Ifni. Poco tardé en redactar mi instancia (una instancia cuya copia conservo) solicitando mi incorporación a la Policía Territorial del África occidental española, pero mi petición fue denegada con la justificación de que estaba prestando servicio en zona de bandoleros de la que no se podía distraer esfuerzo alguno.

Y de Cataluña, a Galicia. Al ascender a capitán en 1958 me incorporé a una de las compañías del Miño, zona contrabandista de duro y sacrificado servicio. Allí me salieron las primeras canas y allí gané la primera cruz. Vélez-Málaga fue el siguiente destino, y después de Andalucía, Canarias; en 1963, con el ascenso a comandante, llegó el destino a Las Palmas de Gran Canaria. Badajoz fue la etapa siguiente de mi vida militar; allí pasé los años más apacibles de mi carrera, y de Badajoz he dicho siempre que es la tierra donde no nací pero en la qué sí me gustaría morir. Allí crecieron mis hijos y allí se terminó la lista de ellos con nuestro Juanico...

El ascenso a teniente coronel en 1974 iba a tener una importancia decisiva en mi vida militar. Fui destinado a Guipúzcoa y allí me incorporé el mismo día que se celebraba el funeral por el cabo Posadas. Aquella circunstancia debió ser como una premonición de la honda transformación que en mí iba a producirse; fue en aquellas tierras donde me convertí en un verdadero guardia civil, fue allí donde pude darme cuenta, en toda su dimensión, del temple, la disciplina y el valor y la gallardía de nuestros guardias; y fue allí, ante cada uno de los féretros, ante cada uno de los cadáveres de nuestros hombres, caídos por la insensatez de nuestros dirigentes, donde me hice la solemne promesa de no quedar en paz con aquellas víctimas heroicas hasta no igualar, al menos, su sacrificio.

Fue allí, en aquellas tierras, donde prediqué a mis hombres con el ejemplo, como a mí me gusta que me prediquen, ¡mojándome el primero! Allí vestí y paseé mi uniforme y mi tricornio con mayor orgullo que en ningún otro lugar de España. Siempre llevé en mis salidas el coche negro de servicio con la matrícula PGC y el letrero de «Servicio oficial». Fue allí donde más descubierto estuvo mi pecho, sin camuflaje alguno, porque tampoco estaban camuflados mis guardias de control; uniformado reglamentariamente visité los barrios viejos de San Sebastián y Vitoria, cuyas dos Comandancias mandé; vestido de uniforme fui también en ocasiones a las salas de fiestas en las que, en sus jornadas libres de servicio, disfrutaban mis guardias con la sana alegría de la juventud. Y nunca, ¡nunca! recibí de uniforme insulto alguno.

Pude haber sido tiroteado. No desconocía el riesgo y difícilmente podía olvidar a todos y a cada uno de los hombres muertos. Pero el riesgo es siempre inherente a nuestra carrera. Muchas veces he dicho a mis hijos que la vida es preciosa y que una de las cosas que más la engrandecen es el saber que se la puede uno jugar por algo que merezca la pena.

Durante mi estancia en Vascongadas fueron cerca de veinte las víctimas que hizo el terrorismo en el Cuerpo de la Guardia Civil, aunque de ellos solamente el cabo Frutos estaba a mis órdenes. Luché contra la ETA con todo mi afán, sin conceder descanso alguno a los terroristas, para que no pudieran pensar ni reaccionar; nuestra lucha no admitía tregua alguna, pero era, también por nuestra parte, una lucha limpia, enfrentada a la sucia lucha de los terroristas. Así y todo se logró detener a ciento cuarenta etarras, todos los cuales salieron en triunfante libertad gracias a la amnistía.

Sí, a lo largo de mis años de destino en Vascongadas tuve que asistir a demasiados entierros; eran mis hombres aquellos cadáveres, y es cierto, como dijo en alguna ocasión la Prensa, que besé a mis muertos; sí, los besé, aunque la mayoría de aquellos guardias muertos no tuvieran apariencia humana, como consecuencia de las explosiones que habían segado sus vidas. Sí, es cierto que los besé, y que mis labios se llenaron con su sangre de mártires; y es cierto también que mi hijo los besó, y allí, que yo sepa, nadie sintió náuseas. Aquello era para hombres y allí, que yo sepa, no había ninguno que no lo fuera.

También fue durante mi permanencia en Vascongadas cuando se llevó a cabo la legalización de la bandera separatista, esa bandera que ahora llaman las izquierdas «banderola», y que entonces antepusieron a la bandera de España. Aún estaba caliente la sangre del cabo Frutos cuando fue legalizada la bandera separatista y aquello me indignó, creo que justamente. Mis guardias y yo pasamos la peor noche de nuestra vida. Salimos varias veces a rescatar banderas españolas ultrajadas, en contra de las órdenes recibidas de no salir por ningún motivo. Una de esas banderas que pudimos rescatar medio quemadas preside desde entonces mi hogar.

'Pensar que la «banderola» iba a ondear por encima de la sacrosanta bandera española me hizo saltar contra los culpables y aquello me costó un mes de arresto en Madrid y el cese en el mando de la Comandancia'.

El siguiente destino fue la Jefatura de la Comandancia de Málaga, mi patria chica. Y allá nos fuimos con toda la ilusión del mundo. Había allí un pabellón precioso para mi mujer; allí estaban mis padres; allí estaban los amigos. Se reunían, en fin, muchas circunstancias para que en la Comandancia de Málaga pudiera encontrarme a gusto. Pero seguían los asesinatos y las tropelías en nuestra España. Las víctimas iban sumándose en cantidades que yo difícilmente podía soportar, aunque no falten quienes se tragan esas cifras sin pestañear, ¡allá sus estómagos!

Un atentado terrorista se cobró tres vidas: el señor Unceta, un hombre cabal, y dos guardias civiles. Y en aquella misma jornada me anunciaron que iba a haber en Málaga una manifestación en apoyo de la mayoría de edad, en definitiva, uno de esos «escandaleras» que organizan los marxistas y a los que acuden para gritar «¡Amnistía!»

Aquello me pareció una provocación, un comportamiento que no podía aguantar. Intenté por el diálogo evitar que la manifestación se celebrase, pero, aunque me dijeron que iba a ser trasladada a otro día, comprendí que trataban de engañarme y, ya al filo de iniciarse la manifestación, le dije al gobernador Civil: «Hoy España está de luto... Mañana seré un arrestado, pero hoy no se profana a mis muertos.»Y así me jugué la mejor Comandancia que he visto, porque disolví la manifestación, sin violencia, porque no fue necesaria más que la decisión y la firmeza reflejadas en los ojos de los hombres que componían mi fuerza. Aquellos hombres actuaban con energía y con la confianza en su mando, sabiendo que no iba a dejarles en la estacada, y está demostrado que cuando hay autoridad y decisión es innecesaria la violencia; solamente después de reculeos y blandenguerías es imprescindible la violencia. En fin, mi actuación me trajo un mes de arresto y el cese en el mando.

Marché a mi retiro extremeño, porque soy de carne, y en ésta me dolía lo que había perdido. Allí, en mi retiro extremeño, sin esperarlo, llegó el nombramiento de jefe de la Agrupación de Destinos de la Dirección General del Cuerpo. No era el mando ansiado por mí, pero era un mando. Y así llegué a la Villa y Corte, y así empecé a respirar en tres dimensiones lo que a las provincias solamente llega en dos.En Madrid tuve oportunidad de leer un proyecto de Constitución en el que faltaba Dios y sobraban «nacionalidades». Escribí inmediatamente una carta al Rey pidiéndole que aquel proyecto no saliera adelante y pidiéndole que no corriera más sangre... Catorce días de arresto y nuevamente en peligro mi destino. Entonces tomé un café con tres amigos y otro más, que, pareciendo serlo, resultó un vulgar delator; tomamos café en la cafetería Galaxia y... diecinueve meses de prisión efectiva, siete de ellos legal.

Me encontré nuevamente disponible y en Madrid, respirando a boca llena, durante las veinticuatro horas del día: asesinatos, atracos, trabajadores en paro mendigando por las calles, por las plazas y en las estaciones del Metro; veinticuatro horas al día viendo humillados a muchos de los que hasta entonces había considerado hombres dignísimos, viendo actos de cobardía, de indiferencia ante todo; veinticuatro horas al día oyendo los ladridos furiosos de los cuarenta sectarios que emponzoñan a nuestro pueblo, oyendo los crujidos de los cimientos de la Patria y oyendo el relato de las continuadas profanaciones de banderas. Disponible, viendo a lo largo de las veinticuatro horas a esas pandillas de jóvenes degradados por la droga, a esas muchachas que sin haber consumido su niñez han perdido ya el ansia de vivir porque ya todo lo conocen, aunque lo hayan conocido mal, y enfermos que piden un tercer sexo, y pornografía a raudales, degradando a la mujer y al hombre, y desprecio hacia nuestros mayores, irreligiosidad.

Todo eso es lo que vi en esas largas horas de mi situación de disponible, y pensé que no tenía derecho a dejar a mis hijos una Patria empobrecida y degradada, porque de mis padres recibí esta Patria en perfecto estado. Y pienso que si hay que liarse a tortazos, debo y quiero ser yo quien los dé y los reciba, y no reservárselo a mis hijos, que ellos tendrán los suyos a su tiempo...

Conocí a personas que se encontraban en circunstancias parecidas; que sufren por España, que aún tiene arreglo si se acaba con el separatismo, si se termina con el terrorismo y con el terror callejero, si se pone fin al paro mediante la adecuada utilización de la riqueza que en España existe. Para ello solamente es necesario ser honrado y obligar a los demás a que lo sean, porque se puede gobernar imponiéndose con autoridad.

Por todo ello, a las 18,24 horas del día 23 de febrero de 1981 entré en las Cortes Españolas, hice público un comunicado explicando el porqué. Decía así:

«Españoles: las unidades del Ejército y de la Guardia Civil que desde ayer están ocupando el Congreso de los Diputados a las órdenes del general Miláns del Bosch, capitán general de Valencia, no tienen otro deseo que el bien de España y de su pueblo. No admiten las autonomías separatistas y quieren una España descentralizada pero no rota. No admiten la impunidad de los asesinos terroristas contra los que es preciso aplicar todo el rigor de la Ley. No pueden aceptar una situación en la que el prestigio de España disminuye día a día. No admiten la inseguridad ciudadana que os impide vivir en paz. Aceptan y respetan al Rey, al que quieren ver al frente de los destinos de la Patria, respaldado por las Fuerzas Armadas. En suma, quieren la unidad de España, la paz, orden, seguridad. ¡Viva España!»

Salí de las Cortes el día 24 de febrero, después de que el secretario de la Junta de Jefes de Estado Mayor firmara, con el consentimiento de la misma, y en presencia de mi director general, Aramburu Topete, un documento, que conservo, eximiendo de toda responsabilidad a soldados, guardias, cabos y suboficiales y hoy, a pesar de ese documento, sigue habiendo guardias detenidos, y lo están también todos los cabos y suboficiales. Se les busca culpabilidad cuando allí todo lo que se hizo fue por orden mía, sin tener en cuenta que no pudo ser más limpio ni más caballeroso el comportamiento de la fuerza con los diputados.

Yo me he declarado responsable de todo. Yo ordené los disparos. Yo ordené a todo el mundo que se tumbara en el suelo. Yo distribuí y ordené los servicios y los vigilé. Mi fuerza sabe que conmigo no se juega, y en mi poder está ese documento que exime de responsabilidades a guardias, cabos y suboficiales. ¡Señores, soy el único responsable de lo sucedido dentro de las Cortes! ¡Señores, dejen ya tranquila una Fuerza de la que deben sentirse orgullosos ustedes y toda España, sea cual sea su color y su ideología! ¿No se pedía eficacia a. las FOP? ¡Pues ahí tienen ustedes eficacia!... Claro que las órdenes que recibieron fueron claras y enérgicas.

Por todo ello me encuentro hoy en prisiones militares para aceptar lo que España disponga de mi, con el ánimo sereno y la conciencia tranquila, mucho más tranquila de lo que puedan tenerla quienes debiendo no están aquí con nosotros.

Sea cual sea mi destino, ¡gracias España por permitir que te haya servido!

Histórica carta de Don Antonio Tejero Molina. Teniente coronel de la Guardia Civil. Publicada por el diario ABC en marzo de 1981
¿Sabía algo Bono?

jueves, 17 de enero de 2013

BOLINAGA

YO NO ME ARREPIENTO


El vídeo que muestra como un periodista de LA GACETA accede al domicilio del etarra y habla con él. Contundente asegura: "Yo no me arrepiento, sé que causé daño, eso es una cosa, pero arrepentirme es otra"
No se arrepiente de nada. Josu Uribetxeberría Bolinaga –responsable del asesinato de tres guardias civiles y del secuestro del funcionario de prisiones José Ortega Lara–, salió de la cárcel hace poco más de dos meses y medio argumentando una enfermedad terminal.

LA GACETA ha logrado acceder a su domicilio y hablar con él. Contundente y con continuas amenazas, asegura: “Yo no me arrepiento, sé que causé daño, eso es una cosa, pero arrepentirme es otra". Bolinaga ha engordado –bastante–, aparenta un buen aspecto físico y no muestra atisbos de una muerte cercana, el argumento que utilizó para obtener su cuestionada libertad condicional.

El etarra, al que, durante los primeros días después de salir de prisión, se le pudo ver de forma habitual tomando vinos con su cuadrilla por las calles de Mondragón (Guipúzcoa), ahora prefiere refugiarse en su vivienda de casi 100 metros cuadrados situada en el paseo de Arrasate y valorada en 150.000 euros

martes, 15 de enero de 2013

SE ESPERABA

LA AVARICIA POR JUNTAR MEDALLAS EN EL PECHO, LOS MEJORES DESTINOS, LLENARSE LOS BOLSILLOS CON MARAVILLOSOS SUELDOS Y HACER DE COMISARIOS POLITICOS DE UN PARTIDO, TRAEN ESTAS CONSECUENCIAS.
Se le caen las plumas

Los socialistas son expertos en crear charcos y abandonar a los que les mantienen en el poder. Así que al final son dejados en la cuneta y ellos, los socialistas, se salen del tema, para ellos nunca hay caso. Además como se dice por ahí, ROMA NO PAGA A TRAIDORES.

Los Cuerpos de Seguridad del Estado, solo pueden servir al Estado y no hacer de lameculos, esto ultimo no es ser un profesional. Así que a joderse y aguantar con el chaparrón, que espero finalice con la expulsión de su profesión.
¿Chivato o traidor?


La Audiencia Nacional acaba de dar por zanjada la investigación del caso del chivatazo a  ETA y sentará en el banquillo de los acusados a los que alertaron al dueño de bar Faisan, Joseba Elosua, de que iba a ser detenido.

La Sala de lo Penal ha dado el visto bueno al auto procesamiento del juez Pablo Ruz, y considera que las objeciones que en su día apuntó el pleno sobre la investigación del instructor quedan "superadas, aclaradas y resueltas", además de haber realizado un excelente trabajo.

Las diligencias practicadas tras la revocación del procesamiento por orden del pleno han ratificado, según el auto, los indicios de criminalidad contra Enrique Pamies y José  María Ballesteros.
El peso de las "medallitas", por la cara

La declaración de Elosua ante el juez, y todo el tráfico de llamadas realizadas en la zona de Irún el día del chivatazo, demuestra estos indicios contra los procesados.

La Sala, con Enrique López como ponente, sostiene además que se sentarán en el banquillo por un delito de colaboración con banda armada, porque para la comisión este delito no exige un dolo especifico. Y concluye diciendo que ni siquiera por razones humanitarias quedaría excluido el delito.

El auto añade que el juez de instrucción, Pablo Ruz, "ha realizado un excelente trabajo", sobre todo si se tiene en cuenta "la dificultad que tienen los casos en los que los hechos no están acreditados por evidencia directa".

viernes, 11 de enero de 2013

TENGO UNA PENA

Es que tengo una pena
ÉSTAS BESTIAS ESTÁN SUFRIENDO, ¡¡PUES ME ALEGRO!!. COMO DECÍAN ELLOS ANTES DE UN ATENTADO: ¡¡QUE CORRA LA BOLA!!


“Nos dejan sin Gara, sin gimnasio, sin frontenis, los comunes nos han perdido el respeto”. Los presos de ETA se lamentan de que ya no dan miedo

Los 606 presos de ETA que actualmente se encuentran en la cárcel lamentan que ya no dan miedo. Dicen que los funcionarios y también los reclusos comunes con los que comparten módulo les faltan continuamente el respeto. Se quejan de eso en las comunicaciones que mantienen con sus familiares y abogados. Aseguran que se sienten indefensos y que los directores de las prisiones no les hacen caso.

La época en la que los miembros de ETA eran casi presos intocables de las cárceles de España y Francia ha pasado a la historia. Antes, en los tiempos en los que ETA asesinaba, a esos internos se les aplicaba un trato especial, muy diferente al del resto de reclusos: vivían juntos y aislados, sin contacto con otros presos, y la mayoría de los funcionarios de prisiones les consideraban unos privilegiados.

Ahora son uno más

Sin embargo, en los últimos meses se han producido cambios relevantes en el trato que reciben los etarras en la cárcel. Ha desaparecido el miedo de funcionarios y presos comunes a que pudieran señalarles y dieran información sobre ellos a un comando, con lo que el recluso de ETA ha pasado a ser considerado uno más en la prisión.

Los reclusos de la banda terrorista se encuentran ahora, a diario, con roces y problemas con funcionarios y compañeros de prisión. Y así se lo hacen saber a los familiares que les visitan y a sus abogados, a los que hablan incluso de que sufre “amenazas, chantajes y provocaciones”.

“Nos han perdido el respeto”

“Los funcionarios y los presos sociales [así llaman a los comunes] nos han perdido el respeto”, lamentan los etarras en las comunicaciones que mantienen con los suyos.

Las principales denuncias que envían los presos de ETA a sus familiares sobre esas situaciones de tensión que viven “a diario” en cárceles de España y Francia. Estas son sus quejas:

“No nos dejan leer el Gara”. El diario abertzale, referencia para los presos de ETA, ya no les llega todos los días a algunos presos. Se quejan de que los funcionarios se lo confiscan y no les dejan acceder al periódico. Sí tienen acceso, en cambio, a otros periódicos nacionales.

Sin gimnasio ni frontenis

“No nos permiten ir al gimnasio o participar en las actividades deportivas”. Algunos etarras lamentan que en algunas prisiones no les dejan utilizar a diario las instalaciones para hacer deporte. Tampoco les han permitido en algunos casos participar en programas en grupo. Se quejan de que los funcionarios les aíslan. En algunas cárceles francesas denuncian problemas para poder acudir al gimnasio.

También se quejan de que no les dejan practicar, en ocasiones, uno de sus deportes favoritos: el frontenis. “Nos quitan las raquetas”, afirman.

Roces con funcionarios. Una de las principales lamentaciones de los etarras es que los funcionarios de prisiones empiezan a tener una actitud agresiva con ellos. Una agresividad, denuncian, que va en aumento cada día.

Amenazas de muerte

En conversaciones con familiares, han explicado que los funcionarios envían a los presos más duros y agresivos del módulo para que les intimiden. En alguna ocasión también han recibido amenazas de muerte, han comentado a los suyos.

En otras ocasiones, explican en privado, van a consultar el periódico y se lo encuentran repleto de insultos y amenazas escritos con bolígrafo y que van dirigidos a los etarras.

Robos. Algunos presos, incluso, han denunciado que les han robado algunas de sus pertenencias. El último caso, según los etarras, ocurrió en la cárcel de Sevilla II. Acusan a los funcionarios de la prisión.

Problema para las mujeres

En las cárceles francesas especialmente se dan continuos enfrentamientos entre las etarras y las funcionarias que les custodian. También denuncian problemas con “presas sociales”, que les amenazan y les chantajean.

Los etarras, conscientes de que ya no pueden emplear la fuerza, aseguran que se limitan a denunciar estas situaciones ante la dirección de las prisiones.

Piden, sin éxito, cambios de módulo ante la posibilidad de que otros presos comunes puedan agredirles, como es el caso de los dos hermanos gitanos que se dedicaban a apuñalar a presos de ETA en las cárceles en las que coincidían.

A los hermanos gitanos, aquellos que se dedicaban a navajear etarras en prisión, debemos ponerles un monumento.

En una prisión del noroeste de España se sabe que en verano a un preso de ETA le violaron en los servicios entre tres comunes, que el tema fue encargado desde fuera de la prisión y que acabó en la enfermería.

domingo, 6 de enero de 2013

FOTOS CON HISTORIA

DOS DETALLES MÁS PARA NUESTRA COLECCION DE COMPAÑEROS A LOS QUE NO DEBEMOS OLVIDAR. ÉSTA DETALLADA BÚSQUEDA SE LA DEBEMOS AGRADECER A NUESTROS COLABORAR JOSÉ MANUEL.
Cementerio de Guadarrama (Madrid)
Cementerio de la Almudena (Madrid)

viernes, 4 de enero de 2013

QUE SÍ, QUE EN ESPAÑA AUN QUEDAN MUCHOS HIJOS DE LA GRAN PUTA.

ESTOS POLITICOS SON LO QUE SON, DEBIDO A QUE LES DEJAMOS HACER LO QUE LES VIENE EN GANA.

Tuvimos hace años a un director general, socialista por supuesto, que se llevó por la cara todo el dinero que teníamos guardado para mantener nuestros colegios y a nuestros huérfanos,  que por cierto no ha devuelto ni una sola peseta.

Ahora, seguimos igual que antes, primero ayudas a los terroristas que nos han asesinado con la complicidad de "unos politicos" caraduras. Dejan en libertad a esos asesinos para que se rían de nosotros.

Y ya en el colmo de los colmos, no pagan a las viudas y huérfanos del Cuerpo, cuando ese dinero ya lo hemos aportado todos los Guardias Civiles de nuestro bolsillo. ¿Donde está el dinero?....

La noticia es exactamente ésta:


La Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC) ha informado este viernes de que las viudas y huérfanos de la Guardia Civil aún no han cobrado su pensión de orfandad y por este motivo ha presentado una queja ante los órganos pertinentes.

A día 3 de enero, los afectados todavía no habían recibido su pensión de orfandad, un retraso que les ha ocasionado "serios trastornos económicos" en estas fechas navideñas, según ha informado la AUGC este viernes en un comunicado.

La asociación ha solicitado a los órganos pertinentes de la Guardia Civil que expliquen los motivos de este retraso e indiquen en qué fecha el Servicio de Retribuciones de la Guardia Civil dio la orden de realizar el abono.

La AUGC ha señalado que la que debe hacer frente a estos pagos es la Asociación Pro Huérfanos, que cuenta con un presupuesto de 24 millones de euros. Según la asociación, no se puede alegar falta de fondos porque ese dinero procede de las aportaciones que hacen todos los guardias civiles a través de sus nóminas, donde se les detrae un 1 por ciento de su sueldo.

En opinión de la AUGC, esta es "una irregularidad más en la gestión de la Asociación Pro Huérfanos", que se suma a las relacionadas con "Gescartera, Lheman Brothers o la más reciente inversión en preferentes de la Caixa y de Bankia".

La "cúpula dirigente" de la Asociación Pro Huérfanos "continúa manteniendo sus privilegios y negando a los verdaderos representantes de los guardias civiles, sus asociaciones profesionales, el control y la fiscalización de su gestión", ha afirmado.

En este contexto, la nota recuerda que Francisco Velázquez, socialista por supuesto, ex-director general de la Guardia Civil, fue imputado por el titular del Juzgado número 39 de Madrid por un delito de prevaricación en la gestión de la citada asociación.

miércoles, 2 de enero de 2013