Tras el conocimiento del error en la identificación de
restos óseos en la hoguera de la finca “Las Quemadillas”, de Córdoba, donde
desaparecieron los niños Ruth y José, consideramos necesario expresar a la
opinión pública lo siguiente:
Comisión Ejecutiva
del Sindicato Unificado de Policía
PRIMERO. España cuenta con una de las mejores especialidades
de Policía Científica del mundo y así está reconocido por policías de otros
países. Ello no impide, al revés, que ante un error de la magnitud del que se
ha producido, sea imprescindible revisar los protocolos de actuación porque no
vale que se diga ahora que una antropóloga forense dictaminó por error que los
restos óseos hallados eran de animales y no de seres humanos. En la Policía
existe una gran carencia de protocolos de actuación que generan incertidumbres
y riesgos para los policías y para los ciudadanos, pero si hay una especialidad
en la que hay, o debería haber, protocolos de procedimiento que garanticen que
el primer dictamen pericial es revisado obligatoriamente por una segunda
persona, y que necesariamente hay una verificación de ambas pruebas periciales
por un superior que las ratifica es en los trabajos de Policía Científica. Lo
ocurrido es un fallo del sistema de funcionamiento del conjunto del Cuerpo
Nacional de Policía, de ausencia o de incumplimiento de protocolos rigurosos
que no es admisible en una policía de un país desarrollado. Y la
responsabilidad es a partes iguales entre los mandos policiales que toman
decisiones en la dirección y la investigación de estos sucesos y los
responsables políticos.
SEGUNDO. Visto este error ¿procedería revisar todos los
restos óseos encontrados y que hayan sido descartados por cualquier servicio de
policía científica de cualquier policía española o Instituto Forense, que aun
estén localizados, y proceder a una revisión de las pruebas periciales
practicadas en los que no se haya procedido a la revisión y ratificación
señalada en el punto anterior como garante del procedimiento? Recordamos por
ejemplo los restos óseos aparecidos en el pozo de Jinámar, en Gran Canaria, en
marzo de 2010, cuando buscaban el cuerpo de Sara Morales, desaparecida en junio
de 2006, y que también se publicó que pudieran ser de Yéremi Vargas,
desaparecido el 10 de marzo de 2007. Con ello se transmitiría tranquilidad a
las familias de estas y otras personas desaparecidas, y, puesto que cabe
suponer que la mayoría de peritajes hayan sido acertados, transmitir confianza
en las fuerzas de seguridad al conjunto de la ciudadanía dejando en evidencia
que el error en cuestión ha sido una excepción.
TERCERO. El Cuerpo Nacional de Policía (y la Guardia Civil,
y los demás Cuerpos policiales existentes), deberían llevar a cabo una profunda
revisión de sus prácticas operativas y investigación. Recordamos que la Guardia
Civil pidió colaboración ciudadana 5 años después de desaparecer Yéremi Vargas
y sin aportar ningún dato nuevo; que hemos encontrado el Códice Calixtino por
casualidad (buscábamos una maleta con 600.000euros) cuando 48 horas después un
policía había aportado por escrito datos concretos y el nombre y dirección del
autor sin que los investigadores hubieran hecho nada práctico al respecto; o
que aun no hemos encontrado el cuerpo de Marta del Castillo a cuyos autores
tardamos en detener 20 días. No es mejor la situación si analizamos a las
policías autonómicas y locales, donde se han producido muertes de ciudadanos
por prácticas policiales erróneas (Ertzaintza y Policía local de Getafe),
denuncias por abuso de fuerza y maltrato (Mossos), y otras actuaciones que
dejan bastante que desear desde una óptica democrática y de policía respetuosa
con los derechos de los ciudadanos. Igualmente, en todas las policías ha
funcionado el virus de las identificaciones indiscriminadas, masivas e ilegales
que originan molestias a los ciudadanos y vulneran sus derechos civiles; el CNP
en 2009 identificó a varios millones de personas y si alguien en este país
consiguiera sumar el número de personas a las que identificamos todas las
policías, estatales, autonómicas y locales, el resultado sería tan escandaloso
como que cada año se identifican a más personas que durante los últimos 30 años
de la dictadura franquista.
CUARTO. La Policía no puede seguir en esta senda de
politización, amiguismo, libre designación, fulanismo y desprecio a la
independencia y profesionalidad; porque ascienden los amigos de los políticos a
la Junta de Gobierno, y los amigos de los miembros de la Junta de Gobierno a
los puestos más importantes; hay personas con expedientes profesionales
disciplinarios por faltas graves y muy graves ocupando muy altos cargos
simplemente porque les fueron impuestos por el Gobierno de signo político
contrario; hay otros que son nombrados para destinos para los que no cumplen
ningún requisito (ni de categoría ni de los exigidos en la convocatoria); hay
hijos de mandos que ingresan en un porcentaje sos pechosamente alto por la
escala ejecutiva, y otros mandos que ascienden al comisariado por amistad y no
por capacidad. Mandos sin capacidad y politizados desde que Franco era cabo han
dirigido la Policía en todas las etapas de la transición y la democracia, y
lejos de ir a mejor, a una mayor profesionalización con tribunales
independientes de ingreso y ascensos, cada día que pasa la Policía está peor
preparada, es
menos profesional, está más politizada y sirve peor a los
ciudadanos.
QUINTO. Solo faltaría que por este error se vuelvan a
conceder medallas, condecoraciones para “tapar bocas”, como se pretende hacer
con el Códice Calixtino o como se hizo tras la masacredel 11-M, que en vez de
servirnos de autocritica sirvió para llenar muchas pecheras de medallas rojas
pensionadas de por vida. Por cierto, ni en esa situación de emergencia del 11-M
la Policía y
la Guardia Civil fueron capaces de colaborar; ni los TEDAX
ni los guías caninos de la Guardia Civil pudieron “entrar” en Madrid porque es
territorio de la Policía, a pesar de que los perros detectores de explosivos de
la policía ya estaban agotados y se tuvieran que usar, para cubrir el
expediente, perros antidroga para revisar algún vehículo donde podría haber
explosivos.
SEXTO. Esta policía, con este sistema interno de ingreso,
selección, formación y especialidades, con el sistema de provisión de puestos
de trabajo y tribunales de ascensos discrecionales, y en esta arquitectura de
modelo policial, no da más de sí; ha llegado el momento de llevar a cabo la
transformación democrática de las estructuras policiales y del modelo policial
que sigue pendiente desde la transición, y ello pasa por profundos cambios
internos como, por ejemplo, impedir que en todos los territorios de España
confluyamos en duplicidad de muchas competencias tres Cuerpos policiales, los
dos Cuerpos del Estado y la Policía Local, Municipal o Guardia Urbana, y si es
en Navarra, País Vasco y Cataluña, son cuatro por la existencia de policías
autonómicas. En materia de investigaciones reservadas sobre asuntos sensibles
competimos los dos cuerpos estatales, Policía y Guardia Civil, y el servicio
secreto, CNI y si es en las tres comunidades autónomas antes citadas con cuerpo
de policía propio, cuatro. Esto es ineficaz y un derroche inaceptable siempre
pero en especial en estos momentos. Es preciso racionalizar las policías,
dotarlas de medios técnicos necesarios, de procesos de formación homologados y
de salarios coherentes en función de sus competencias, peligrosidad, penosidad,
especialidad y despliegue territorial.
SÉPTIMO. El capital humano de los distintos Cuerpos de
Seguridad del Estado tiene una formación profesional sólida, que con un proceso
de reciclaje y adaptación a las prácticas profesionales operativas propias de
la sociedad actual pueden cumplir su trabajo a plena satisfacción de los
ciudadanos. Para conseguir prestar el servicio que requiere la sociedad será
preciso adoptar cambios estructurales como: a) normalizar el modelo policial
con un único Cuerpo de policía del Estado, b) Asignación de funciones tasadas y
específicas de competencias de su ámbito territorial, el Ayuntamiento, a las
policías locales; c) Delimitando del ámbito territorial y competencial de las
policías autonómicas.
OCTAVO. Es hora de dejar de hacer propaganda con las
policías y con otros Cuerpos de funcionarios (por ejemplo, los de emergencias,
que fueron condecorados tras el accidente del avión en Barajas en 2008 y meses
después se supo que había habido un gran cúmulo de errores como demasiado
tiempo de respuesta, desconocimiento del terreno, etc.). Menos medallas y más
formación, medios y salario acorde a sus tareas. Los políticos se hacen las
fotos con las medallas y a veces es para ocultar que haciendo las cosas bien se
habrían ahorrado muertes de ciudadanos. Que el gravísimo error cometido en este
asunto sirva, como el “caso Dutroux” en Bélgica, para racionalizar y mejorar el
servicio que se presta a los ciudadanos.
Ese secuestrador, violador y asesino de niñas provocó que en
noviembre de 1998 el parlamento belga aprobara casi por unanimidad una ley de
unificación fusionando la gendarmería, policía judicial y la local en una única
policía integrada en dos niveles, local y federal. Las cosas mejoraron mucho
desde entonces y nunca más la descoordinación policial fue responsable de
hechos tan lamentables. En España son muchos los casos de descoordinación que
han puesto en riesgo vidas de ciudadanos. No esperemos a que haya personas
inocentes muertas para cambiar y mejorar la estructura y funcionamiento de los
Cuerpos de Seguridad del Estado.
Una vez leído el texto anterior, yo añado:
NOVENO: Que con una única
policía, re-unificando lo que tenemos en la GUARDIA CIVIL, con esos dos niveles
de LOCAL y FEDERAL, nos basta y sobra.
Apuesto por la GUARDIA CIVIL, al ser el Cuerpo Policial más antiguo en
éstos momentos y por supuesto con su carácter MILITAR.
4 comentarios:
No se de que os extrañáis
Desde lo que sucedo en la investigación de 11 M todo es un puro cachondeo
lapoliticadegeppetto.blogspot.com.e
Geppetto, al politizarse con el psoe, los mandos de la PN y de la GC, todo ha ido patas arriba y si decías algo, te quitaban de en medio. Ahora se empieza a poder hablar sin miedo represalias, espero que continúe así. La gente, realmente no sabe la verdad de todo, pero han sido 8 años de terror interno.
Lo peor de todo es que la forense no da su brazo a torcer, al menos no he leído nada sobre ello, y encima demuestra soberbia al hablar.
La forense dice lo que le han dicho que diga, otra cosa es que se de cuenta que ellos la enterraran y se irán de rositas. Lo que debe hacer es decir la verdad y dejar de tapar a sus superiores.
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