Las asociaciones Unión de Suboficiales de la Guardia Civil y la Unión de Oficiales han emitido un comunicado público remitido.
Durante pasada semana hemos asistido en la prensa a un linchamiento
mediático contra distintos mandos de la Guardia Civil destinados en la
provincia de A Coruña.
Estas declaraciones, promovidas por
componentes de la asociación Unión de Guardias Civiles (UGC) tienen como
fin dañar la imagen y la reputación profesional de los referidos
mandos, en particular la del Capitán Jefe del Subsector de Tráfico de la
Guardia Civil en la provincia de A Coruña y el Alférez Jefe del
Destacamento de Tráfico de la Guardia Civil en Corcubión como respuesta a
los expedientes disciplinarios abiertos a personal de estas unidades,
en la línea de lo que recientemente había pasado con un Brigada del
Puesto de
Oleiros.
Esa asociación, lejos de defender a
los miembros de la Guardia Civil, busca, de un modo sensacionalista,
captar la atención de la prensa mediante comunicados carentes de rigor,
con información sesgada, ocultando a la sociedad aquellos datos que no
les interesa
evidenciar, como son las conductas anómalas que han
provocado la apertura de varios expedientes disciplinarios a personal
del Subsector de Tráfico de la Guardia Civil de A Coruña, expedientes
que se adivinan como el origen de esta “vendetta” que tendría como fin
convertirse en presión que logre paralizar la tramitación de los
mismos.
Atacar a sus superiores jerárquicos de la Guardia
Civil, sean del empleo que sean, por el simple hecho de ser mandos, se
ha convertido en un medio de presión demasiado habitual como instrumento
para conseguir otros fines.
Como ejemplo quejarse en los
medios de comunicación del aumento de los dispositivos de alcoholemia
evidencia el desconocimiento de las memorias forenses que reiteradamente
aseguran que uno de cada tres de los conductores fallecidos había
consumido alcohol. La vigilancia del consumo de alcohol en la conducción
es una acción básica de la seguridad vial dentro de la política de
seguridad vial aprobada por los sucesivos gobiernos y al margen de
cualquier decisión de la cadena de mando, a lo que hay que añadir que la
ubicación física de los controles y puntos de verificación de
alcoholemia son aprobados por la Jefatura Provincial de Tráfico.
Poco valor pueden tener las declaraciones del portavoz de UGC cuando
anuncia, sin rigor alguno, la nulidad de actuaciones policiales en lo
que llaman “custodia de pruebas”, provocando la desconfianza del
ciudadano y la falsa apariencia de conculcación de derechos
que
ningún órgano administrativo o judicial hasta la fecha ha apreciado. De
existir esta supuesta conculcación de derechos, el portavoz y
responsable de esta asociación debería denunciarlo ante la autoridad
judicial, sin embargo este dirigente, que lleva más de 15 años apartado
de la Guardia Civil, prefiere confundir a los ciudadanos reviviendo
leyendas urbanas como el uso de radares con fin recaudatorio,
posiblemente ante la incapacidad de esta organización, UGC, de ofrecer
soluciones e iniciativas serias que aquejan a nuestra Institución y a
sus propios asociados que difícilmente pueden sentirse representados por
quien acude a declarar a un tribunal portando varias armas blancas y de
fuego o montar un circense desmayo en la autovía del que ya se ha hecho
eco la prensa.
Sin embargo, lo más grave de esta situación es
la incapacidad demostrada por la Zona de Galicia y de la propia
Dirección General para perseguir y castigar este tipo de conductas, así
como remitir testimonio a la Fiscalía de las acusaciones formuladas con
absoluto desprecio de la verdad, que obligan a que las asociaciones de
mandos mayoritarias en Galicia, Unión de Oficiales (UO) y Unión de
Suboficiales (USGC) hayan decidido pasar de las palabras a los hechos y
no escatimar medios en la defensa de sus asociados ante los tribunales
cada vez que estos sean objeto de acusaciones injustas e infundadas que
no hacen sino sembrar la duda entre la ciudadanía sobre del honor,
imagen y reputación profesional de éstos.
A Coruña, 21 de mayo de 2012
sábado, 26 de mayo de 2012
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