MARICONADAS, LAS JUSTAS
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Genuinos representantes de unas instituciones antes apreciadas y hoy execradas por muchos de nosotros. Guardias civiles, curas y militares ofrecen una respuesta grotesca y estrafalaria a un país con tan graves interrogantes como el nuestro. Sobre los militares como los protagonistas del adefesio, nada que deba sorprendernos. Hace tiempo que el patriotismo que pregonan es más falso que un euro de madera. Meros funcionarios uniformados, vividores sin ningún apego a ese honor y a esos valores que fueron guía y norte para otros soldados en tiempos no tan remotos. Meros figurantes en desfiles sin sustancia y comparsas en misiones internacionales de pitiminí, donde se sigue a rajatabla la hoja de ruta establecida por el mundialismo en contra de las patrias europeas y de sus poblaciones nativas.
De los curas, que sigan por ese camino, que los islamistas les obligarán a poner la otra mejilla, antes de rebanarles el pescuezo, cuando lleguen al poder, ¡¡que llegarán!!
Y de los Guardias Civiles, que se lean la CARTILLA:
14º.- Nunca se entregará por los caminos a cantos ni distracciones impropias del carácter y posición que ocupa. Su silencio y seriedad deben imponer más que sus armas.
21º.- Deberá estar muy engreído de su posición, y aunque no esté de servicio, jamás reunirse a malas compañías, ni entregarse a diversiones impropias de la gravedad que debe caracterizar el Cuerpo.
viernes, 2 de junio de 2017
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