El Gobierno lo tiene claro. Quiere seguir manteniendo a toda costa el poder de nombrar jefes de policía 'a dedo' a pesar de lo que diga la Justicia.
El Tribunal Superior de Justicia de Madrid ya se pronunció en dos ocasiones contra la decisión del Ministerio del Interior de incrementar un 25% los agentes 'politizados'.
Pero el Gobierno no quiere que se quede así la cosa. Las dos sentencias, por supuesto, fueron recurridas ante el Tribunal Supremo.
El alto tribunal detectó un error de motivación en el recurso y se lo devolvió al Abogado del Estado -representante del Ministerio-, que hace pocos días ha enmendado su fallo. Ahora será el Supremo el que decida si admite o no a trámite el nuevo texto.
Si el alto tribunal no admitiera a trámite la protesta de Interior, se habrían agotado las instancias a las que recurrir y las sentencias del Tribunal Superior de Justicia de Madrid se tornarían firmes.
Los sindicatos policiales que interpusieron las denuncias ante la corte madrileña acusaron al Ministerio de promover la "politización" del cuerpo y de minar su profesionalización.
Los nombramientos 'a dedo' de jefes de Policía conllevan servilismo y obediciencia ciega al poder político. Todo designado sabe que está ahí para cumplir una misión política y que, si deja de cumplirla, tendrá que levantarse del sillón.
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