La tregua de ETA: Hay gato, y no encerrado.

Hace unos días, la banda terrorista ETA declaró un nuevo -y previsible- alto el fuego. En principio, esta noticia fue recibida con un fuerte escepticismo incluso por parte del gobierno que, según parece, sigue siendo implacable en la lucha antiterrorista. Esta determinación, y la unión de las fuerzas democráticas no nacionalistas en el País Vasco, hace que el clima sea moderadamente optimista.

En este contexto, gente como D. Jaime Mayor Oreja sostienen que el gobierno sigue negociando con el entorno etarra, y que pronto habrá nuevos comunicados por parte de la banda terrorista que insinuarán un final de la violencia, y que justificarán su vuelta a las instituciones (aunque realmente nunca se han ido). Ante estos vaticinios, realmente impopulares en cuanto a que vienen a denunciar que las cosas no van tan bien como parecen, el exministro del interior y muchos de los que sostienen sus tesis han sido, y serán, insultados. Es por esto que se hace necesario recordar algunos hechos que pueden arrojar algo de luz a la hora de valorar objetivamente una situación de la que, en definitiva, vemos solamente lo que nos quieren contar.

• En primer lugar, los objetivos políticos de ETA y de la facción nacionalista que controla el PSOE, el PSC,  son comunes. El Estatuto de Cataluña, promovido por el gobierno, le da a esta región un grado de independencia que, posteriormente podrá ser extrapolado a cualquier otra región, y que incluso va más allá que el Plan Ibarretxe. Si bien el estatuto no puede considerarse una cesión a los terroristas, sí que es cierto que contempla parte de lo que ellos pretenden.
• ETA necesita a este gobierno. Saben que el PP no hará cesiones políticas. Por eso, independientemente del estado de las negociaciones, no pueden permitirse que el PSOE abandone el gobierno de la nación.
• El PSOE necesita a ETA, porque una eventual tregua, con un poco de propaganda, serviría para enmascarar esta disgregación del país, además de otras cosas como la nefasta gestión de la crisis económica.

Según parece, se dan las condiciones lógicas para que gobierno y ETA hubieran establecido una eventual negociación. En principio, esto no quiere decir que ésta se esté llevando a cabo. Sin embargo, y a pesar de la aparente contundencia con la que está luchando el ministerio del interior,  todo hace pensar que nos encontramos en el curso de una hoja de ruta común pactada por las dos partes. Esta impresión deriva de varios hechos constatados:

• En el año 2000, PSOE y PP pactaron el Acuerdo por las Libertades y contra el Terrorismo. Según este acuerdo, se expulsaría a los asesinos de las instituciones, se ahogarían sus finanzas, y se endurecerían las penas, y se intensificaría la lucha policial. A pesar de que ETA podía seguir matando, estas medidas debilitaron a la banda que, según numerosos informes,  estaba más débil que nunca, condenada a quedar reducida a ser un grupo marginal como el GRAPO. En ese contexto, y como se informaba en el diario El País en el año 2007, el PSOE comenzó a negociar con la banda terrorista en lo que constituye, además de una mentira a los ciudadanos -públicamente defendía el pacto antiterrorista- una traición al gobierno de aquel entonces.
• El 4 de Mayo de 2006, el propietario del bar Faisán recibió una llamada alertando de una redada contra el atentado de extorsión de ETA que iba a ser ordenada por el juez Grande Marlaska. La investigación identificó una llamada que se realizó desde la sede del PSOE en la calle Ferraz a la zona del bar Faisán. Sin embargo, el juez Garzón, que era el instructor del caso, paralizó la investigación. Parece que a este tipo de cosas se refería el anterior Fiscal General del Estado cuando hablaba de “mancharse la toga con el polvo del camino”.
• El PSOE, en contra de numerosos informes de la Guardia Civil, y acabando con el pacto antiterrorista, permitió que miembros de ETA volvieran a sentarse en los ayuntamientos del País Vasco. Hecho que es indigno, pero además, peligroso, ya que estos concejales recaudan dinero para la causa y, lo más importante, datos sobre objetivos potenciales.
• El gobierno neutralizó a la AVT, principal asociación de víctimas del terrorismo, y que se oponía frontalmente a la negociación.

No parece  descabellado pues pensar en una proceso ejecutado a espaldas de los españoles y de la ley.
Como algunos auguran,  todo aquel que denuncie esta situación de engaño a los españoles y se oponga a la derrota del estado de derecho será, al igual que Mayor Oreja, tachado de radical y enemigo de la paz. Quien haya leído esto comprenderá que pensar así no implica ni una cosa ni la otra.



Los terroristas han vuelto a ofrecer la paz este fin de semana. Mientras, Arzalluz, el que mejor les conoce, dice que Rubalcaba miente como un bellaco cuando niega la negociación. También parece ser que PSOE y PNV pactaron suavizar la política antiterrorista. Trapicheos, mentiras, y manipulación. Nada nuevo bajo el sol.