HONOR

HONOR
«¡Disciplina! Nunca bien definida y comprendida. ¡Disciplina! Que no encierra mérito alguno cuando la condición del mando nos es grata y llevadera. ¡Disciplina! Que reviste su verdadero valor cuando el pensamiento aconseja lo contrario de lo que se nos manda, cuando el corazón pugna por levantarse en íntima rebeldía, o cuando la arbitrariedad o el error van unidos a la acción del mando. Esta es la disciplina que os inculcamos, esta es la disciplina que practicamos, este es el ejemplo que os ofrecemos.»

domingo, 10 de enero de 2010

Carta de una madre a otra madre en el pais vasco


DE MADRE A MADRE:

Vi tu enérgica protesta delante de las cámaras de TV en la manifestación de ayer en favor de la re-agrupación de presos de ETA y su transferencia a cárceles del país vasco.

Vi como te quejabas de la distancia que te separa de tu hijo y de lo que supone económicamente para ti ir a visitarlo como consecuencia de esa distancia.



Vi también toda la cobertura mediática que dedicaron a dicha manifestación, así como el soporte que tuviste de otras madres en la misma situación y de otras personas que querían ser solidarias contigo y que contáis con el apoyo de comisiones pastorales, órganos y entidades en defensa de los derechos humanos, ONGs etc. etc.
Yo también soy madre y puedo comprender tu protesta e indignación.


Enorme es la distancia que me separa de mi hijo. Trabajando y ganando poco, idénticas son las dificultades y las despensas que tengo para visitarlo. Con mucho sacrificio solo puedo visitarlo los domingos porque trabajo incluso los sábados para el sustento y educación del resto de la familia.
Felizmente también cuento con el apoyo de amigos, familia etc.

Si aún no lo sabes yo soy la madre de aquel joven que murió cuando se dirigía al instituto y que al pasar cerca de un coche aparcado, este hizo explosión a causa de la bomba lapa que tu hijo puso en los bajos de ese coche. En la próxima visita cuando tu estés besando y acariciando a tu hijo yo estaré visitando al mio y depositandole unas flores en su tumba.



Ah! se me olvidaba: ganando poco y sosteniendo la economía de mi casa, a través de los impuestos que pago, tu hijo seguirá durmiendo en un cómodo colchón y comiendo comida caliente todos los días.

Otra cosa querida: ni en el cementerio ni en mi casa nunca vino ningún representante de esas entidades que tan solidarias son contigo para darme apoyo ni dedicarme unas palabras de aliento y ni siquiera para decirme cuales son MIS DERECHOS.

1 comentario:

Anónimo dijo...

PLAS, PLAS, PLAS, PLAS, señora que escribe.

Merece los respetos detodo bien nacido. Y un homenaje de cada lector que lea esta carta.

Un cordial saludo a la señora y a los de este Blog.