ESTO SI ES MEMORIA HISTÓRICA
Imagino que ya conoces esta historia pero, por si acaso, no me cuesta nada recordarla y mucho más en estos días en los que el cobarde y rastrero alcalde de La Coruña ha retirado la estatua en HONOR al creador de nuestra LEGIÓN, que es de todos los españoles. Mi modesto gesto de desagravio ante tanta infamia como se está cometiendo en España
Ésta es la historia de El Novio de la Muerte, a ella le acompaño un breve preámbulo que es conveniente escucharlo antes de la versión de la canción que también incluyo. La versión de Lola Montes es la original y puede decirse que es una canción histórica.
EL NOVIO DE LA MUERTE:
Fidel Prado, escribió la partitura de un "cuplé", cuya letra entregó al compositor catalán Juan Costa, que le puso música.
En Málaga la dio a conocer, en el teatro Vital Aza, una famosa cupletista llamada "Lola Montes" con un extraordinario éxito.
En una de las funciones de la compañía de "Lola Montes", se hallaba presente la duquesa de la Victoria, que dirigía los hospitales de la Cruz Roja en Marruecos. Al terminar el espectáculo, la ilustre dama se dirigió a la canzonetista y le dijo: "mira, Lola, esto tienes que cantarlo en Melilla".
El general Silvestre está llevando a cabo una ofensiva en aquel territorio que puede acabar con la guerra. Tú, con este cuplé, tan bonito, tan dramático, tan patriótico, puedes contribuir, en gran medida, a algo tan importante como es elevar la moral de la población. ¡Te voy a recomendar para que actúes, como fin de fiesta, en la compañía de Valeriano León, que se presentara allí dentro de unos días... " y así lo hizo, con lo que "Lola Montes" marcharía a Melilla con la compañía del gran cómico, actuando como "fin de fiesta", modalidad muy en boga entonces.
Esta cupletista vivió en la plaza los angustiosos días de julio de 1921, en los que se esperaba el asalto a la ciudad por las cábilas victoriosas de Annual, que se habían detenido para saquear las poblaciones inmediatas a Melilla.
El teniente coronel Millán-Astray, jefe del Tercio, vio en el título de Prado y Costa, por la fuerza emocional que encerraba la letra, un valioso canto legionario, que se interpretaría, desde entonces, al ritmo de marcha.
Mas tarde en 1952, el director músico de la música del Tercio, Ángel García Ruiz, tuvo la idea de adaptar el ritmo de la obra al paso procesional de los desfiles de la Semana Santa de Ceuta, de esta manera cobraron letra y música su más expresiva dimensión dramática, convirtiéndose en un canto solemne para honrar a los "Muertos de La Legión".
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