HONOR

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«¡Disciplina! Nunca bien definida y comprendida. ¡Disciplina! Que no encierra mérito alguno cuando la condición del mando nos es grata y llevadera. ¡Disciplina! Que reviste su verdadero valor cuando el pensamiento aconseja lo contrario de lo que se nos manda, cuando el corazón pugna por levantarse en íntima rebeldía, o cuando la arbitrariedad o el error van unidos a la acción del mando. Esta es la disciplina que os inculcamos, esta es la disciplina que practicamos, este es el ejemplo que os ofrecemos.»

martes, 1 de junio de 2010

Los militares, "quemados" por dedicar su vida a una bandera que otros ridiculizan

SI ALGUNO SE MOLESTA POR ESTA BANDERA, SIENTO DECIRLES QUE ESA BANDERA ES LA QUE YO JURE DEFENDER Y NINGÚN SALVA-PATRIAS ME CONVOCA PARA RENOVAR EL JURAMENTO A UNA BANDERA QUE YO NO JURE DEFENDER. ES ASÍ POR LÓGICA MILITAR. OTRA COSA ES QUE SE ME CONVOQUE PARA JURAR, QUE NO ES LO MISMO.

Los cambios legislativos y la creciente presión en misiones en el exterior como las de Afganistán han hecho que se extienda el síndrome “burnout” (quemado) entre los miembros de las Fuerzas Armadas. En el extenso y duro artículo de Sanidad Militar, dice La Razón, se avisan de las consecuencias que tiene esa patología entre sus miembros.

El principal síntoma es el “progresivo deterioro emocional” que se constata en los miembros de las Fuerzas Armadas. La primera fase de este proceso es de ilusión; la segunda la desilusión; la tercera la frustración y por último llega la desesperación.

Según La Razón, la situación es tal que se asgura que “alguien debería ser consciente de la urgencia de adoptar medidas para superar el bache emocional que están sufriendo los integrantes de los Ejércitos”. No atender a tiempo los síntomas puede hacer que el problema se enquiste y se llegue a una “parálisis de todo el sistema defensivo”.

Según la revista, varios factores han influido definitivamente en el aumento de esta patología. El primero sería las expectativas profesionales de los miembros de las Fuerzas Armadas: según La Razón, el nuevo sistema de evaluación para los ascensos “genera malestar general” y una sensación de “inseguridad y zozobra, motivada por el cambio permanente de los parámetros a valorar en dicha evolución”.

En segundo, se critica que el síndrome venga de la asignación de destinos; los informes personales anuales (que se ocultan al militar una vez que se producen”; y el “decididamente arbitrario sistema de concesión de recompensas periódicas, donde a falta de otros datos objetivos, la experiencia indica que la principal virtud que se destaca es lel servicio inmediato y personal al mando que la propone”).

Lo que se produce, en todo caso, es la sensación de que no se sirve a un “bien o ideal superior, sino al mando más inmediato que tiene la potestad de realizar los informes”. Esto potencia no las virtudes militares sino el “servilismo más mezquino, tanto en el soldado recién ingresado como en el que tiene las más altas responsabilidades”.

El artículo también se refiere a otro aspecto que contribuye especialmente a la propagación del malestar. Es la sensación de “estar entregando la vida a unos ideales que se ven sistemáticamente ridiculizados por ciertos sectores de la población, de defender una bandera que algunos de sus propios conciudadanos se empeñan en sustituir y de ofrecer la vida por una patria de la que nadie parece querer hablar y que, en cambio, algunos aspiran a modificar”.

Esto, junto al estrés creciente por el despliegue de misiones en el exterior, y el hecho de que no se disponga de “armamento con el que hacer frente a una agresión, o su empleo está seriamente restringido por las reglas de enfrentamiento”, se suman a la cadena de factores anteriores. ¿El riesgo que se corre con ello?. Generar un “grupo de militares incapacitados para realizar debidamente sus cometidos”, dice La Razón.

2 comentarios:

eletse dijo...

Realmente esta noticia duele en el alma, no se necesita ser militar para sentirte realmente afectado por ella, conozco muchos militares y tengo amigos fantásticos en el ejercito, por lo menos se que estos entraron por vocación y algunos ni el sueldo les interesaba, para ellos defender la patria es un honor invaluable, ahora se de algunos que se encuentran buscando alternativas pues su esfuerzo o su sangre derramada en algunos casos, no vale nada.
Como es posible que uno de los ejércitos más valorados en el mundo, con una historia de siglos incluso más siglos de existencia que los que tienen muchos países , y actualmente este en estas condiciones donde se desmerece la bandera que juran defender y en muchos sitios de España son tratados como escoria por los nacionalistas sin poder decir ni hacer nada.
No soy ni quiero ser machista al expresarme, pero algunas cosas son solo cosa de hombres, y esta es una de ellas, no puede estar al frente de la defensa del país una mujer, a no ser que sea una mujer con lo que tiene los hombres y seguro que muchas lo tienen, pero esta no, seguro que no, no es española es catalana y nacionalista ya por ese lado como va a querer que el ejercito de España esté bien, segundo ser dependienta en una tienda no tiene nada de malo pero saltar del corte ingles a ministra de defensa, no se me suena raro a no ser que trabajara en el departamento de caza, pero yo la veo más en el departamento de bragas.
Me imagino lo que pensaran los soldados tanto hombres como mujeres cuando desfilan frente a esta tipeja.
me gustaria poder hacer algo que ayudara a nuestros soldados, si alguien se le ocurre alguna cosa que lo diga.

Doramas dijo...

Eletse, el militar español, no puede adjurar de sus juramentos ni de su honor, de lo contrario seria un traidor.
Este ejercito español, ya no es ni la sombra de lo que fue y asi nos tienen catalogados por todo el mundo, como las hermanitas de la caridad.
Esta mujer ha sido la mayor vejación que se le ha efectuado a los militares.
Rezar por ellos, pero solo por los verdaderos, no por los soplagaitas.